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Salud

Un estudio tarraconense muestra que un 13,8% de los residentes presentan desnutrición y el 45% riesgo de desnutrición

Uno de los objetivos del estudio ha sido poder identificar cuáles son los factores relacionados con la nutrición en personas institucionalizadas

Interior de la residencia de personas mayores Feixa Llarga de l'Hospitalet de LlobregatDepartamento de Derechos Sociales

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Un estudio realizado por la enfermera del Colegio Oficial de Enfermeras de Tarragona (CODITA), Júlia Molina analiza el estado nutricional de las personas ingresadas en una residencia geriátrica adscrita al Área Básica Reus 5.

«Las personas que están en las residencias geriátricas son mayoritariamente frágiles, dependientes y de edad avanzada. Y sabemos que este envejecimiento y la cronicidad favorecen el incremento de la desnutrición y, en consecuencia, de morbimortalidad» explica Júlia Molina, enfermera en el CAP Mariano Fortuny de Reus. Justamente uno de los objetivos del estudio ha sido identificar cuáles son los factores relacionados con la nutrición en personas institucionalizadas.

De hecho, los resultados del estudio nos muestran que en la muestra analizada, un 13,8% de los residentes presentan desnutrición y el 45% riesgo de desnutrición.

La enfermera de CODITA, Júlia Molina, recuerda que «hay patologías que afectan a la nutrición, por ejemplo, la demencia, la úlcera por presión o la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) que provocan un aumento del consumo energético, en cambio, enfermedades como el ICTUS, el parkinson, la demencia, la depresión y la anorexia reducen la ingesta».

Además, una gran cantidad de los pacientes mayores institucionalizados están polimedicados, y hay que recordar que también los fármacos afectan a la nutrición. Es el caso de los anorexígenos (fármacos que reducen el apetito) como diuréticos, antidepresivos, y sedantes. O medicamentos que provocan alteración del gusto: como los AINE (para tratar el dolor), ibuprofenos, algunos antibióticos como la penicilina, o medicamentos para la tensión (llamados IECA), y finalmente los Inhibidores de absorción de nutrientes: cono los laxantes, antiácidos, corticoides.

De hecho, de todos los residentes, el estudio ha encontrado que el 62.5% están polimedicados, el 48.1% son pacientes crónicos complejos, el 3.7% sufren disfagia (dificultad para sacar comida), el 44.4% tienen dependencia total y el 44.4 % sufren deterioro cognitivo importante.

En el caso de las personas de la residencia con desnutrición se observa que un 73% tiene dependencia total, el 91% deterioro cognitivo importante, el 64% toman fármacos que afectan al estado nutricional y el 100% tienen enfermedades que afectan al estado nutricional. En el caso de personas de la residencia con riesgo de desnutrición se ve cómo un 54% presenta dependencia total, un 61% deterioro cognitivo y un 78% toman medicación que afecta al estado nutricional. Y respecto a los residentes con estado nutricional normal, un 15% presenta dependencia total, un 12% deterioro cognitivo y un 91% toman medicación que afecta al estado nutricional.

El riesgo de desnutrición de la muestra se encuentra dentro de los valores obtenidos en otras poblaciones similares. Analizando los factores relacionados con la nutrición, se observa que los residentes con desnutrición y riesgo de desnutrición tienen peor estado funcional y cognitivo pero no se observan diferencias con el consumo de fármaco, que es superior en los residentes con buen estado de nutricional .

Para concluir, la enfermera de CODITA, Júlia Molina, recuerda que «somos conscientes de que el envejecimiento y la cronicidad afectan a la desnutrición y, por tanto, es normal encontrar más en residencias donde están institucionalizadas personas mayores con un estado general de salud peor, pero es necesario igualmente favorecer programas de intervención interdisciplinar para prevenir complicaciones de salud y realizar un seguimiento del estado nutricional de los residentes desde la Atención Primaria.»

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