«He pedido reducción de jornada y paso más tiempo en el tren que en casa»

Unas doscientas personas se manifestaron ayer por la mañana delante de la estación de tren de Tarragona para reclamar un servicio digno del servicio ferroviario por término medio distancia. Lo hicieron bajo la convocatoria de una nueva plataforma en el Camp de Tarragona, denominada Dignidad en las Vías. «Somos un grupo de usuarios diarios del tren que estamos indignados y desesperados por la falta de soluciones ante el mal servicio», explica Oscar Ibáñez, portavoz de la entidad.

La nueva plataforma tiene una cuarentena de miembros activos y colecta usuarios de las líneas R2 sur, R14, R15, R16 y R17. Una mejor comunicación, control y puntualidad de las frecuencias de los trenes son algunas de las principales reclamaciones. «Tenemos la sensación que nos toman el pelo, la información de las operadoras es deficiente. Muchos días dicen que el tren está demorado pero no sabes si pasará o, no» expresa Ibáñez.

Desde la entidad, se impulsará una monitorización de las líneas para poder presentar resultados fehacientes de los problemas del servicio. «Lo sufrimos, pero nadie lo recoge. Les operadoras siempre dicen que no funciona tan mal. Por eso, lo haremos nosotros mismos», remacha Ibáñez.

Estos retrasos en el servicio tienen consecuencias laborales. «Hay gente que ha perdido trabajos porque llegaba tarde por culpa del tren. Estamos en desventaja», dice el portavoz.

Consecuencias personales

Pero también comporta consecuencias personales. «He pedido reducción de jornada porque nunca sé a qué hora llegaré a casa», sentencia Elena López. Hace poco que ha sido madre. «Paso más tiempo en el tren que con mi hijo», añade López. Ella hace siete años que trabaja en Barcelona y coge el tren cada día desde Altafulla. «Cuando empecé a trabajar, tardábamos una hora. Ahora, con suerte, lo haces en una hora y cuarto.

Hemos ido hacia atrás, falta mucha inversión», remacha López. «Las combinaciones disponibles te hacen perder todo el día por ocho horas de trabajo», añade Ibáñez.

Más allá de los retrasos, los aforos de los convoyes están «sobrepasados». «La gente va embutida a los pasillos, no se pueden sentar. Se tiene que adecuar la capacidad de los trenes a la demanda. Con controles horarios específicos, y no generalistas», indica al portavoz.

A las puertas de elecciones

Durante la protesta de ayer por la mañana, los convocantes leyeron un manifiesto con sus reclamaciones y cortaron durante unos minutos el paseo Espanya. Algunos representantes d'En Comú Podem, ERC y Junts por Tarragona se adhirieron a la protesta, mientras que los portavoces los interpelaron ante la convocatoria de elecciones del próximo 12 de mayo. «¿Queréis nuestros votos? Tenednos en cuenta. Queremos llegar dignamente a trabajar», dijo Anna Gómez, portavoz de la plataforma. Precisamente, los comicios catalanes se celebrarán en los primeros meses del comienzo del traspaso de Rodalies, una cuestión que cambiará la gestión del servicio al pasar a manos de la Generalitat.

Por otra parte, Gómez alertó de las complicaciones que pueden comportar las obras del corredor del Mediterráneo a partir de septiembre y reclamó «soluciones» para no «sentir que son ciudadanos de segunda por no vivir en Barcelona».

No será la última

La de ayer fue la primera de las acciones convocadas por la plataforma, que avisan de que no será la última para conseguir revertir la situación. «Seguiremos protestando, haciendo oír la voz de tanta gente que vamos cada día de forma inhumana en los trenes. Protestaremos hasta que alguien nos dé las condiciones dignas, no protestamos para pedir un bar en el tren, estamos pidiendo dignidad», afianzó Gómez.