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Campclar y Sant Salvador, los barrios que más preocupan a la Guardia Urbana por delitos e incivismo

El intendente Manel Vázquez impulsa una reestructuración del cuerpo para ganar en proximidad a pesar de asumir que faltan agentes

Sala de la comissaria de la Guàrdia Urbana de Tarragona des d'on es controlen les càmeres de videovigilància de la ciutat.

Sala de la comisaría de la Guardia Urbana de Tarragona desde donde se controlan las cámaras de videovigilancia de la ciudad.ACN

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Los barrios de Campclar y Sant Salvador son los que preocupan más el intendente de la Guardia Urbana de Tarragona en materia de seguridad, hechos delictivos e incivismo. Así lo expresa en una entrevista en ACN el máximo responsable del cuerpo, Manel Vázquez, que desde que asumió el cargo el 1 de julio del 2023.

Vázquez ha iniciado una reestructuración interna que a partir del 20 de mayo cogerá un nuevo impulso con la incorporación de diecisiete nuevos cabos, que asegura permitirán configurar nuevas unidades con el objetivo de ganar en «proximidad, calidad y transparencia». Sin embargo, reconoce que seguirán faltando un poco más de una veintena de efectivos para poder cubrir con garantías los dispositivos.

Los hechos ocurridos en los últimos meses en el barrio de Campclar -con un asesinato en medio de la calle a plena luz del día incluido- y los actos incívicos también en Sant Salvador han hecho que para Vázquez el refuerzo en estas zonas sea una prioridad. De hecho se han establecido nuevos dispositivos conjuntos con los Mossos d'Esquadra.

«Estamos trabajando más cerca con patrullajes a pie, especialmente en la Rambla de Ponent y en las zonas comerciales; y seguimos haciendo los servicios planificados con los Mossos, como controles de alcoholemia en las entradas y salidas del barrio, con coches mixtos de los dos cuerpos en diferentes puntos», remarca el intendente.

Sin embargo, destaca que la problemática no son «sólo los hechos delictivos», sino también «incivismo, quema de contenedores o robos en interior de vehículos». Cuestiones que en algunos casos se extienden a otros puntos y que hace que la mirada del cuerpo sea global a nivel de ciudad.

Según los datos expuestos en la última junta de seguridad local del 17 de abril, los hechos delictivos se han incrementado un 8% en Tarragona en el último año. Una cifra que Vázquez relativiza: «salimos de una pandemia, los últimos años ha habido más turistas y hemos aumentado la población en cerca de 10.000 personas», razona.

En concreto, expone que la ciudad está «en 76 hechos delictivos por cada 1.000 habitantes y es un municipio turístico», una cifra que queda por debajo de otras localidades con esta particularidad. «Mi percepción es que la situación no es alarmante», asegura.

Al mismo tiempo, pone en valor que las detenciones se incrementaron un 23%, hecho que «indica que los cuerpos policiales están trabajando coordinadamente y con mucho esfuerzo», señala. En este sentido, indica que hay «mucha reincidencia» entre los arrestados, una cuestión que es generalizada «a nivel de Cataluña» y que «tiene que tratar la judicatura».

Tecnología

Uno de los aspectos que el máximo responsable de la policía municipal quiere impulsar es la ayuda de las nuevas tecnologías. En concreto hay tres que ya están en desarrollo. De entrada está la unidad de drones, que pronto incorporará un tercer aparato. «Para Ponent ya tenemos la autorización de la comisión de videovigilancia para volar en horas muy concretas», comenta. «No podemos hacer volar el dron cuando queramos o donde queramos, se tiene que justificar muy bien», añade.

Estos artilugios les permiten llegar «allí donde no llega una dotación uniformada», como en zonas boscosas de los barrios de Llevant, donde ya han sido útiles para atrapar a algún ladrón gracias a las cámaras térmicas con infrarrojos. Aparte, también utilizan los aparatos para dispositivos de tráfico de acontecimientos multitudinarios como la cabalgata de Reyes o los partidos del Nàstic, que les son de ayuda para conocer los flujos de vehículos y decidir por dónde hay que distribuirlos.

Otra herramienta tecnológica que Vázquez querría potenciar son las cámaras de seguridad en la vía pública. Ya hay en marcha en la Part Baixa y se impulsan más. Las que ya hace más de un año que se anunciaron en la Part Alta están en tramitación porque la comisión de Patrimonio de la Generalitat estableció que tenían que ser «más pequeñas y menos visibles» para no afectar al conjunto patrimonial.

«Después está el proyecto que estamos a punto de sacar que coge el barrio del Port, el pabellón del Serrallo, la plaza de los Infants y la calle del Vapor» y que se sumaría a la voluntad de colocar en zonas de Ponent y al aparcamiento del puente del Diable, «donde hay robos en interior de vehículos».

Finalmente, hace unas semanas se anunció la puesta en marcha de cara en el 2025 de una nueva aplicación entre seis municipios del Camp de Tarragona que permitirá a la ciudadanía pedir ayuda en situaciones de emergencia. «La experiencia que tienen en el Área Metropolitana de Barcelona es excelente. Que una persona pueda avisar con un botón ahorra tiempo», valora. Además, en algunos casos y si el usuario lo autoriza podrán ver imágenes de la cámara y oír el sonido desde el móvil del afectado así como su geolocalización.

Reestructuración

Pero probablemente el gran proyecto que Vázquez ha puesto en marcha es la reestructuración interna de la Guardia Urbana. «Hay cuestiones que se tenían que mejorar y que tienen relación directa con lo que la ciudadanía quiere, que es una policía más próxima», reflexiona. Por eso ha musculado «una unidad de proximidad con más efectivos», que implementará un nuevo sistema para que «las patrullas sean más autónomas y no pasen por la central de coordinación». 

Esta central, detalla al intendente, «será de emergencias y no de gestión». «La autonomía hará que las patrullas puedan introducir la incidencia» al sistema y que de esta «se pueda trazar el recorrido desde que se inicia hasta que se retorne la información a la ciudadanía, con mensajes en tiempo real». Eso servirá tanto para hacer el seguimiento de las denuncias como también para las alertas «de sí hay un banco roto o un accidente de tráfico».

Entre las novedades también está la unificación de los agentes que trabajan el ámbito judicial, establecer «un contacto más próximo con el tejido social» o el refuerzo de la división de tráfico. «Haremos controles de transporte y podremos trabajar las campañas del Servei Català de Trànsit de manera más esmerada, también colaborar más con los Mossos y en cualquier acontecimiento deportivo y social, estaremos», remarca el jefe de la Guardia Urbana.

Todo estará reforzado por una nueva estructura a nivel de mandos. «Teníamos unidades sin mando y eso cambiará porque hay diecisiete cabos en la escuela de policía de Cataluña» que se incorporarán a la nueva tarea este mes. «El 20 de mayo empezará el rock&roll», expresa.

De todos modos, Vázquez es consciente de que «faltan manos» en el cuerpo. «Con lo que tengo, tengo bastante para organizarme, pero algún agente más sí que haría falta», reconoce. «Con 240 efectivos haríamos el trabajo que en algún caso hemos dejado de hacer», dice. Ahora mismo la Guardia Urbana de Tarragona cuenta con 219 agentes.

Vázquez valora positivamente el recibimiento interno que han tenido todos estos cambios que ha planteado en los últimos meses. «Hay gente con muchas inquietudes, en puestos de trabajo que no evolucionaban», y afirma que «hay ganas de cambios» dentro del cuerpo. De todos modos, asegura que se ha encontrado «cierta resistencia al cambio». «Lo estamos gestionando», finaliza.

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