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Jóvenes tarraconenses participan en un taller para conocer las políticas europeas

La Unión Europea organiza talleres para acercar sus políticas a la ciudadanía

Los alumnos del Centro de Nuevas Oportunidades conocieron in situ, en el Pont del Diable, el proyecto europeo GreenBelt de Tarragona.
Gerard Marti Roig

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Soberanía alimentaria. Economía Circular. «¿Os suenan?», pregunta la maestra a los alumnos. Ellos la miran dubitativos. «¿Os acordáis de los campesinos que cortaron el centro de Tarragona? ¿Qué reclamaban?». Ahora sí, todos se enganchan a la explicación. «Que compraran los productos de aquí y no los trajeran de fuera», dice convencido uno de los jóvenes del aula.

La Unión Europea, mediante la Eurorregión a la que pertenece Cataluña, organiza unos talleres para acercar las políticas europeas a la ciudadanía. Y especialmente a los jóvenes. Esta semana el proyecto ha llegado a Tarragona. Los alumnos del taller son chicos del Centro de Nuevas Oportunidades, jóvenes que no trabajan ni tienen estudios.

Por la mañana, han salido de excursión por el Pont del Diable. En algún caso, era la primera vez que lo visitaban. Xavier Llopart, técnico del Ayuntamiento de Tarragona, les explicó in situ el proyecto europeo GreenBelt para la ciudad. El plan arrancó en el 2022 y acaba en diciembre del próximo año.

Busca renaturalizar los espacios urbanos y periurbanos de la Anella Verda de Tarragona. Sin embargo, los jóvenes se interesaron más por el trabajo que se impulsa desde el consistorio en materia de prevención de incendios. «¿Qué tengo que hacer para trabajar!», preguntaba un chico. La Casa d'Oficis ya le espera. De vuelta, se detuvieron en el Centro Cívico Sant Pere i Sant Pau.

Aquí, llegó el turno de Mònica Plana, consultora especializada en Derecho de la Unión Europea. «La Unión tiene cinco grandes retos de cara al 2050, cuando quiere llegar a ser climáticamente neutra», exponía en el aula, mientras retaba a los alumnos a encontrar los ámbitos estos desafíos.

La alimentación salió la primera. Y el consumo energético y la vivienda fueron detrás. «¿Qué vemos cada vez más?». «¡Placas!», exclaman los alumnos al mismo tiempo. «No veas cómo pica la factura de la luz», comentaban dos chicas. En la misma línea, dos chicos hablaban del transporte. «¡50.000 euros vale un Tesla!». «Se podrían dar ayudas para comprar vehículos eléctricos para aquellas personas que no se lo pueden permitir», remarcaba seria una chica buscando los ojos cómplices de la maestra.

Recuperar viejos hábitos

Por último, salió en la conversación el consumo y la industria. «Sé que habéis oído hablar de la obsolescencia programada. Tenemos que cambiar nuestros hábitos», les aleccionaba Plana. «¿Cómo?», preguntó un chico. «Arreglando las cosas», fue la respuesta. «¡Ah, claro! El móvil no me dura ni dos años», expresaba el joven.

Una vez detectados los retos, «ingentes» según Plana, llegó la hora de las propuestas de los alumnos, muy variadas. «Podríamos organizar una sesión de cocina saludable. Comparando productos precocinados con los del campo. En la tele, ¡como el Arguiñano!», decían entre risas un grupo de chicos. El proyecto cuenta con la colaboración de la Asociación de Mediados de Información y Comunicación.

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