Diari Més

Investigación 

El riesgo de sufrir abuso escolar se triplica en niños con trastorno del espectro autista

Una investigación de la URV ha estudiado la prevalencia del trastorno del espectro autista y del trastorno por déficit de atención e hiperactividad en menores en edad escolar y como estas condiciones les afectan en las relaciones sociales

El 58% dels nens amb TEA se senten desplaçats i exclosos.

El 58% de los niños con TEA se sienten desplazados y excluido.URV

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Un equipo investigador del grupo Nutrición y Salud Mental de la URV ha estudiado la prevalencia del trastorno del espectro autista (TEA) y del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en niños escolarizados en la demarcación de Tarragona.

La investigación , que también ha determinado en qué medida estos trastornos afectan a las relaciones sociales de los niños, ha recopilado datos de 7.000 alumnos, de los cuales ha estudiado 700 detalladamente. Los resultados determinaron que un 1,5% de los niños tenía TEA, mientras que un 5% fue diagnosticado con TDAH.

Este estudio, denominado EPINED, ha descubierto que el riesgo de sufrir acoso, aislamiento o exclusión social puede llegar a triplicarse en aquellos niños que sufren uno de estos trastornos.

En la primera parte del estudio, Núria Voltas y Josefa Canals, investigadoras del Departamento de Psicología, determinaron la prevalencia —número de casos diagnosticados en un momento y un entorno determinados— de trastornos del espectro autista y trastorno por déficit de atención e hiperactividad en niños de la demarcación de Tarragona. Para hacerlo, cribaron a más de 7.000 niños de dos grupos de edad: alumnos de Infantil 4 y del quinto curso de Educación Primaria (EP) de una muestra representativa de toda la provincia. Mediante tests contestados por los maestros y las familias, pudieron identificar aquellos casos con indicios de presentar alguno de los dos trastornos. Del cribado salió una muestra de 700 niños, entre los cuales había un grupo de control para evaluar el correcto funcionamiento de la metodología.

Después de llevar a cabo entrevistas con los menores y sus familias y estudiar todos los casos individualmente, las investigadoras determinaron que el 1,5% de los niños de la muestra tenía TEA y, en el caso del TDAH, la prevalencia de diagnóstico era del 5%. «También hemos valorado a otros niños con dificultades que quedan fuera del diagnóstico, en que no presentan todos los síntomas; si los tenemos en cuenta, podríamos decir que un 3,5% de los niños presenta algún síntoma de TEA», puntualizan.

Otro de los objetivos de la investigación era determinar si los niños diagnosticados con alguno de esta trastornos se sienten desplazados socialmente y en qué grado. Les investigadoras encontraron que un 35% de los escolares de Educación Primaria con TDAH informaban de estar sufriendo algún tipo de acoso, aislamiento o exclusión social. «Este fenómeno se agrava en aquellos niños que presentan TDAH de tipo combinado, es decir, con todos los síntomas típicos: déficit de atención, hiperactividad e impulsividad», explica Núria Voltas.

Con respecto a los escolares con TEA, los cuales se caracterizan por presentar dificultades en la interacción y comunicación social, y problemas conductuales, se ha encontrado que el 58% se sienten desplazados y excluidos. «Los niños con TEA quieren relacionarse pero no saben cómo; en el caso de los TDAH, son tan movidos e intensos que el trastorno influye en su relación con los otros», explica Fina Canals. Estas particularidades hacen que su conducta pueda ser percibida como «extraña» o «molesta» por sus compañeros. Para los escolares sin ningún tipo de trastorno diagnosticado, el índice de percepción de acoso, aislamiento o exclusión social se sitúa en un 18%.

La investigación también ha revelado que en los casos que presentaban los dos trastornos, es decir, los comórbidos, la sensación de aislamiento social se acentuaba. Estos resultados no describen a los niños con TEA y TDAH de I4, ya que no son lo bastante maduros para responder los tests de percepción victimización por abuso escolar.

«El bullying tiene consecuencias a largo plazo y aumenta el sentimiento de miedo hacia las relaciones sociales; tener TEA o TDAH y sentirte victimizado incrementa los problemas emocionales», dice Fina Canals. Cuando estas personas crecen y entran a la adolescencia y a la etapa adulta presentan «índices muy elevados de trastornos de salud mental» y un «elevado riesgo de suicidio». Por eso, las autoras de la investigación reivindican la necesidad de que los programas contra el bullying incluyan especificaciones para grupos de riesgo con medidas concretas.

Te puede interesar

tracking