Diari Més

Entrevista

Begoña Guzmán: «Los jóvenes y los agentes culturales son motores de cambio para un futuro sostenible»

Guzmán participará en en la Jornada sobre la Agenda 2023 impulsada desde el Plan Estratégico Tarragona Cultura

Begoña Guzman es miembro de UN Etxea · Asociación de Euskadi para la UNESCO.

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¿Qué son la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, los llamados ODS?

«Es una agenda pactada y aprobada por todos los estados miembros de las Naciones Unidas. Se aprobó en 2015, y contempla unos objetivos con sus metas conciertas, así como una serie de indicadores. Además, tiene el valor añadido que, en el proceso de elaboración y redacción, se tuvo en cuenta a la sociedad civil. Supone un paso adelante respecto a la agenda anterior, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Ahora se entiende que los derechos humanos se vulneran en todos los países del mundo y, por lo tanto, todos los estados y gobiernos tienen que identificar estas debilidades y actuar».

¿En el global de estos objetivos hay aspectos que hacen referencia a la cultura?

«Antes de la aprobación se pedía que la cultura fuera uno de los objetivos sostenibles. Finalmente, por varias razones, no se acordó un objetivo específico para la cultura. No obstante, está presente de manera explícita en otros objetivos. Por ejemplo, en el objetivo de desarrollo sostenible número 4. Concretamente, en la Meta 4.7, se afirma que, cuando hablamos de educación de calidad y de educación para el desarrollo sostenible, estas tienen que contemplar la educación en diversidad cultural. Y también que la cultura contribuye a este desarrollo sostenible. O en el número 11, que tiene que ver con ciudades y comunidades sostenibles y habitables, en que se pide un compromiso en la protección, conservación, promoción y salvaguarda del patrimonio cultural, material e inmaterial. En definitiva, aunque no hay un objetivo específico sobre cultura, las personas vinculadas a la agenda hacemos una lectura de cómo esta puede contribuir en cada uno de los objetivos».

¿De qué manera lo puede hacer?

«Pues, por ejemplo, es evidente la relación entre educación y cultura. Con la educación artística y cultural el alumnado se beneficia de unos conocimientos y unas aptitudes que promueven el diálogo, la escucha activa, el conocimiento, la empatía, o el pensamiento crítico. Después, cuando hablamos de reducción de la pobreza, se puede observar desde el ámbito de la cultura, porque hay personas que no pueden acceder ni participar. O si pensamos en la reducción de las desigualdades por cuestiones de género, por ejemplo, la cultura puede contribuir tanto en la promoción de las carreras profesionales de las mujeres como en la creación de nuevas narrativas que tengan que ver con la diversidad. Y no tenemos que olvidar que, desde la cultura también se puede contribuir al crecimiento económico sostenible a través de industrias culturales. O al desarrollo medioambiental sostenible a través de los conocimientos y las prácticas en torno al patrimonio cultural inmaterial. En definitiva, hay muchas variables que explican de qué manera la cultura contribuye a estas dimensiones sociales, económicas y medioambientales».

¿Qué agentes se tienen que implicar en esta misión?

«Una de las cuestiones que promueve la Agenda 2030 es precisamente la de las alianzas. Uno de sus lemas es No dejar a nadie atrás. Desde UN Etxea hemos cambiado un poco este lema por Todas juntas. Sólo podemos imaginar y construir un futuro sostenible diverso, justo y pacífico si lo hacemos con todas las partes. Desde la ciudadanía hasta la academia, pasando por las universidades, que aportan reflexión e investigación, y también con las empresas: el sector privado tiene que comprometerse no solamente con la parte medioambiental de la agenda sino con las otras dimensiones. Y, por descontado, los gobiernos».

Hablad de la juventud como principales agentes del cambio.

«Por descontado. Hace falta que encontremos la manera de hacerles participar en estos espacios de reflexión, cocreación, colaboración y construcción. Se tienen que sentir parte y, de hecho, desde las mismas Naciones Unidas ya se están generando estos espacios para que puedan contribuir con su discurso. Después, también son importantísimos los agentes culturales y creativos. Este sector ha trabajado este enfoque de derechos humanos y sostenibilidad desde mucho antes de que se aprobara la Agenda».

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