Una veintena de familias de Tarragona lamentan que Educación no los ha asignado plaza de I3 en ninguno de los centros solicitados

Una veintena de familias de Tarragona han lamentado que desde el Departamento de Educación no se los ha asignado plaza para sus niños que el curso que viene cursarán I3 a ninguno de los centros que han solicitado durante el proceso de preinscripción.

Eso los obligaría a escolarizar a los hijos en escuelas de fuera de su zona, lo cual los supone dificultades en la conciliación. Después de haber formalizado quejas al Departamento, este jueves los afectados se han reunido con representantes de los Servicios

Territoriales de Educación en Tarragona. Según han apuntado fuentes de los padres, el lunes recibirán atención personalizada desde Educación para tratar la situación y tratar de buscar una solución.

El origen de la problemática según las familias sería un incremento en la reserva de plazas para alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE). A pesar de eso desde Educación han asegurado a la ACN que «no hay una reserva establecida, sino que se hace en función de la detección de alumnado en situación de vulnerabilidad».

La intención de todo es «combatir la segregación escolar y mejorar la distribución equilibrada del alumnado» entre los centros de la ciudad. Así, la reserva inicial serían dos plazas por grupo pero después se tiene que modificar en función de la detección» de cuántos menores en situación de vulnerabilidad hay a cada zona educativa, han manifestado desde el Departamento.

Les familias afectadas han expresado que en algunas zonas se ha llegado a reservar hasta un 40% de las plazas, un extremo que niegan desde Educación.

Los perjudicados temen que más allá de acabar en un centro de fuera de su zona, este se encuentre muy lejos de su domicilio. En este sentido, la configuración urbana de la ciudad, con barrios muy alejados del centro, dificulta los desplazamientos.

Así, personas que residen en el centro de Tarragona parece que tendrían posibilidades de ir a un centro de Sant Pere i Sant Pau. Una de las afectadas es Marta Ribas, que lamenta que la logística para ir hasta este barrio le supondría tener que coger vehículo privado, tener que destinar una hora cada día entre ir y venir y eso le representaría tener problemas para conciliar los horarios de la escuela con los de su trabajo.

A la vez, los perjudicados temen que además de acabar en un centro de fuera de su zona, lo que les asignen sea de alta complejidad. En un comunicado, han indicado: «pidamos a las administraciones implicadas que la lucha contra la segregación escolar no deje a nuestros hijos e hijas como daños colaterales, nos obliguen a desplazarnos a otras poblaciones o incluso a cambiar de domicilio».

Finalmente, han denunciado que «cada año» hay familias que hacen la «picaresca» de empadronarse «de forma fraudulenta en domicilios donde realmente no viven» con el fin de tener plaza en una escuela que los convenga más.

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