Mostra de Teatre Jove
Shakespeare con uñas de Rosalía
Más de cuarenta jóvenes subieron al escenario para formar parte de la adaptación de ‘Romeo y Julieta’ de Actrices Anónimas
La adaptación de Romeu i Julieta que escenificó el lunes pasado el grupo Actrices Anónimas a la Mostra de Teatre Jove de Tarragona presentaba a los espectadores el conflicto de siempre, conocido tanto por lectores como por no lectores por su canto mítico: un amor prohibido entre dos jóvenes de familias enfrentadas, una tensión que escala, un horizonte trágico.
Esta vez, sin embargo, las circunstancias que rodeaban el argumento no eran las mismas que en la obra shakespeariana. A pesar de situar a los espectadores en Verona, entre los Montesco y los Capuleto, al empezar la función ya se ponía de manifiesto el salto temporal. Les pugnas entre los dos linajes estallaban al sonido de músicas urbanas y el mundo 'choni' se apoderaba desde un inicio de la estética de los personajes, que hablaban en un castellano actual. Todo, entre chándales y banda sonora, rosaliejava.
El texto, una adaptación del Centro Dramático Nacional, conseguía vestir la obra de presente con el fin de aproximarla al público más joven, que reía cada vez que una de las actrices repetía «qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte» y que a buen seguro que también reconocía todas las canciones que sonaban, desde «LLYLM» de Rosalía hasta la «Business Woman» de Nathy Peluso.
En este esfuerzo por trasladar la historia hasta nuestros días, a Julieta y Roma el dramaturgo, Shakespeare, se convertía en «autora» y participaba de la representación contando las suyas pensadas delante de un ordenador. Algunas de las escenas cómicas se producían, de hecho, cuando a este personaje sus seres imaginarios le reclamaban, en la pirandelliana, más emociones fuertes -kick-boxing incluido— o «una historia de amor más normal».
Bajo la dirección de Aránzazu Molina, la compañía, surgida del curso 2022-2023 del aula de teatro del Espacio Jove Kesse, contaba con el apoyo de los alumnos de danza contemporánea y de canto de este mismo centro cultural y de ocio que desde hace poco también desarrolla una programación estable de formación dramática. En total, más de cuarenta jóvenes que pasaban por el escenario y que, desde las respectivas especialidades, aportaban al conjunto momentos de mucha coralidad, como en la supuesta muerte de los enamorados.
Pero la revisión del clásico no sólo implicaba cambios en el envoltorio. A Julieta y Roma el desenlace de la obra variaba y los personajes —de quienes a veces costaba que su mensaje llegara a platea—, mucho de la juerga, criticaban tanto las intromisiones familiares como el amor romántico. Se trataba, pues, de un texto oportuno, según la misma directora, para reflexionar con los jóvenes sobre el peso de la aceptación externa y la importancia de sentirse libres para escribir la propia historia. Con este salto en la Tarragona, las actrices seguro que también escribieron un capítulo para ellas importando en su trayectoria.