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Ca l'Agapito, de convento de las Dominiques a Museo de Historia de Tarragona: la historia del emblemático edificio

El Museo de Historia de Tarragona se trasladará a Ca l'Agapito, donde habrá una exposición permanente

La planta baja de Ca l'Agapito tendrá un jardín abierto a la ciudadanía y un salón de actos, mientras que en las tres plantas superiores se instalará una exposición permanente sobre la historia de Tarragona.Jaume Boldú

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Ca l'Agapito es «uno de los kilómetros 0 de Tarragona», señalaba el arqueólogo municipal Joan Menchón, quien destacaba que el edificio se encuentra «encima de unos restos romanos como las de la Volta del Pallol». En el pasado, fue convento de los Dominics, el cual pasó a ser de las Dominiques hasta bien entrado el siglo XX. Posteriormente, el conocido anticuario de la ciudad Agapito Franquet convirtió el equipamiento en unos almacenes. Después de su muerte, a principios de los años 90, el edificio pasó a manos del Ayuntamiento.

Ca l'Agapito se convertirá en la nueva sede del Museo de Historia de Tarragona (MHT). Justo hace un año, finalizaban las obras de restauración de la fachada y del interior del emblemático edificio de la plaza del Pallol. Una vez rehabilitada la estructura, la consejería de Patrimonio del Ayuntamiento de Tarragona trabaja para darle vida. El consejero de Patrimonio del Ayuntamiento de Tarragona, Nacho García, explicaba ayer que, después de hacer la primera visita a Ca l'Agapito, decidieron que era «el espacio idóneo» para ubicar el MHT.

El alcalde, Rubén Viñuales, indicaba que este futuro espacio servirá para dar «un repaso de los más de 2.000 años de historia de la ciudad» y «presidirá la Part Alta como puerta de acceso a Tarragona». García comentaba que no se centrará sólo en la Tàrraco romana, sino que explicará la evolución de la ciudad «desde su fundación hasta la llegada de la química y la creación de los barrios». El objetivo final, apuntaba el consejero de Patrimonio, es «formar parte de la red de museos de la Generalitat de Catalunya». Eso permitiría al Ayuntamiento optar a las subvenciones del ente autonómico.

Viñuales señalaba que en el presupuesto de este año hay reservada una partida de 100.000 euros que se destinará a la redacción del guion museológico, para acabar de definir los contenidos que se expondrán, y la finalización del plan funcional del futuro equipamiento, que contempla también las partes arquitectónicas que faltan.

Desde el Ayuntamiento tienen claro que se trata de un proyecto a largo plazo y esperan que, a lo largo de este mandato, puedan conseguir la subvención del 2% cultural para financiar los futuros trabajos de restauración y museización. Para hacerlo posible habrá que cumplir varios requisitos, como tener una exposición permanente o disponer de una sala de reserva con las condiciones necesarias para conservar de forma óptima la colección.

La configuración del edificio

El museo contará con una planta baja, donde habrá la entrada y los servicios para los visitantes, así como el ascensor. En este mismo nivel, hay una antigua capilla que se convertirá en un salón de actos «polivalente», que podrá acoger pequeños acontecimientos.

Por otra parte, el jardín se convertirá en «un espacio de ocio y descanso» para la ciudadanía. Igualmente, el consistorio apuesta por poner en valor los restos arqueológicos que hay en esta zona. Concretamente, se puede observar un muro de pilastras del foro provincial romano, así como restos de palacios góticos y de proyectiles de la Guerra del Francés.

«Tienen que servir para ser un polo de atracción», afirmaba Nacho García, quien añadía que estos dos espacios —que contarán con entradas independientes desde la calle— servirán para «irradiar todo el entorno de la Part Alta que sufre una cierta degradación». De hecho, cree que con el traslado del MHT a Ca l'Agapito convertirá la plaza del Pallol en un «hub cultural y patrimonial». Y es que el nuevo museo se encontrará al lado de la Casa Sefus, la Antigua Audiencia y el videomapping de la Volta del Pallol.

El edificio acogerá una exposición permanente que dará a conocer la evolución de la ciudad a lo largo de los siglos. Esta se dividirá en las salas de exposición que hay en las tres plantas superiores, los cuales suman una superficie total de 600 metros cuadrados. El director del MHT, Cris Salom, explicaba que se hará un recorrido desde la Tàrraco romana hasta la Tarragona del siglo XX, pasando por la medieval, moderna y contemporánea, a través de una «historia diacrónica».

«No queremos que sea un museo donde sólo haya piezas para exponer», indicaba el consejero García, quien aseguraba que se apostará por un modelo «interactivo» con dioramas y maquetas. Así, a partir de piezas originales o reproducciones, se podrán explicar diferentes momentos de la historia de la ciudad.

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