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Investigación

Descubierto un nuevo mecanismo para potenciar la secreción de insulina y mejorar el tratamiento de la diabetes

El hallazgo ha sido liderado por investigadores del grupo de investigación DIAMET del IISPV

Grup de recerca DIAMET que ha dut a terme l'estudi.

Grupo de investigación DIAMET que ha llevado a cabo el estudio.Cedida

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El Grupo de Investigación en Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (DIAMET) ha encontrado un nuevo mecanismo que podría ayudar a mejorar la secreción de insulina y que, por lo tanto, favorecería el control del azúcar en la sangre en personas con diabetes. Este mecanismo implica una sustancia llamada succinato y su receptor (conocido como SUCNR1), que se encuentra en las células beta del páncreas.

El trabajo se ha llevado a cabo con la colaboración de instituciones de prestigio nacionales (de la UB-IDIBELL y de la UMH-IDiBE, entre otros) e internacionales (la Universidad de Harvard y el Consejo Nacional de Investigación de Italia). Además, el estudio ha contado con el apoyo de la Fundación 'la Caixa' a través de la convocatoria CaixaResearch de investigación en salud.

Qué es el succinato

El succinato es un compuesto natural presente en nuestras células que tiene un papel importante en el metabolismo energético. Tradicionalmente, se ha asociado con situaciones de estrés celular, como las que se producen en el caso de pacientes con obesidad. Este descubrimiento muestra que el succinato puede actuar como una señal beneficiosa que ayuda en las células beta del páncreas a liberar o secretar insulina, regulando así los niveles de glucosa en la sangre.

«Hemos descubierto que el nivel del receptor SUCNR1 aumenta en condiciones de azúcar alto en sangre y de empeoramiento metabólico, como en la obesidad y la diabetes. Cuando el succinato se une a este receptor, se activa un proceso que potencia la secreción de insulina. Eso es especialmente importante después de comer, cuando los niveles de azúcar en sangre son más altos y el cuerpo necesita más insulina para procesar este azúcar», explica al Dr. Joan Sabadell-Basallote, uno de los investigadores responsables de este estudio de DIAMET (grupo liderado por la Dra. Sonia Fernàndez-Veledo y por el Dr. Joan Vendrell).

Este descubrimiento abre la puerta a nuevas estrategias para tratar la diabetes, enfocándose en este mecanismo para mejorar la secreción de insulina y ayudar a mantener bajo control los niveles de azúcar en la sangre. Este descubrimiento representa una esperanza para las personas que luchan contra esta enfermedad crónica.

Diabetes

En España, un 25% de la población o bien tiene diabetes o está en un estado previo o inicial de la enfermedad, según datos del estudio Di@bet.es, liderado por el CIBERDEM y financiado por el Instituto de Salut Carlos III. La diabetes de tipo 2 es la forma más común de esta enfermedad (representa el 90-95% de los casos diagnosticados). Se caracteriza, por una parte, por la resistencia a la insulina, y, de la otra, porque las células beta del páncreas tienen dificultades para producirla. Eso provoca un desequilibrio en el organismo que si no se controla puede causar problemas de salud graves y diversos.

Cuando ingerimos alimentos, los niveles de glucosa aumentan y, para compensarlo, estas células liberan la hormona insulina, que es la encargada de facilitar el transporte de los azúcares en los tejidos metabólicos (músculos, hígado y tejido adiposo) enviándoles una señal.

Estos azúcares quedan almacenados en estos tejidos para que nuestro cuerpo los pueda usar como reserva energética cuando sea necesario. En el caso de las personas con diabetes de tipo 2, la resistencia a la insulina hace que las células del cuerpo no puedan utilizar la insulina correctamente y, por lo tanto, la glucosa se queda circulando en la sangre. Es por este motivo que se produce esta descompensación.

Diabetes de tipo 2 y la obesidad

Este tipo de diabetes está estrechamente relacionado con la obesidad, ya que el exceso de grasa corporal contribuye a la resistencia en la insulina. A medida que una persona aumenta de peso, sus células se vuelven menos sensibles a la insulina, obligando al páncreas a producirla con más cantidad para mantener los niveles de azúcar en sangre normales. Con el tiempo, este esfuerzo constante puede agotar a las células beta reduciendo su capacidad para producir insulina, hecho que contribuye a la aparición de la diabetes de tipo 2.

Los casos de personas diagnosticadas de diabetes de tipo 2 aumentan año tras año a todo el mundo: según la Federación Internacional de Diabetes, en torno a 500 millones de adultos la sufren y se espera que en 20 años esta cifra supere los 700 millones. Este incremento se atribuye a factores como el envejecimiento de la población, el aumento de la obesidad y los estilos de vida sedentarios.

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