Cultura
Finaliza la exposición 'Zoocosis', que ha permitido reabrir temporalmente la sede del Banco de España
La muestra fotográfica centra la mirada a la vida de los animales en cautiverio
Entrada de la antigua sede del Banco de España a Tarragona, transformada en una exposición fotográfica
La zoocosis es el nombre que recibe el síndrome que desarrollan los animales a consecuencia de encontrarse en cautiverio. Esta falta de libertad provoca conductos tales como dar vueltas al mismo lugar o lamer los barrotes de la jaula, todo fruto del estrés, la ansiedad y la depresión que produce en estos animales no ver más allá de su cubículo.
Este síndrome da nombre a la exposición fotográfica de la artista Estela de Castro, y parte del programa de exhibición del Centro de Artes Contemporáneas de Tarragona, Mèdol. La muestra se pudo visitar hasta este domingo en la antigua sede del Banco de España.
La entrada de este equipamiento, que reabrió las puertas después de 20 años, se llenó de fotografías en blanco y negro de animales en cautiverio, todos ellos con una posición y expresión diferentes, aludiendo las diversas maneras en que aquella prohibición de libertad los estaba afectando: animales agotados, mirando a lo lejos o por encima del muro que los separa del público, intentando averiguar qué hay más allá.
Al lado de las fotografías, se abría un pasillo con dos salas a ambos lados, cada una con una proyección diferente. En la primera, se podía ver cómo un lince concentraba todos sus esfuerzos por levantarse, todo y está herido, mientras un padre y su hija lo observaban; para ellos es sólo una visita al zoo, un recuerdo familiar más.
En otra habitación, se proyectaron vídeos de animales en cautiverio, de entre los que destacaba el de un oso: este se mueve de manera desorientada, intentando encontrar una salida, sin éxito. Acaba rindiéndose y cae al suelo.
Una de las dos salas con proyecciones
Un espacio nostálgico
Mientras los visitantes se paseaban por la muestra fotográfica, de vez en cuando echaban un vistazo en qué se encontraba detrás de los cuadros, colgados en las antiguas taquillas de la sede del Banco de España. Teléfonos, televisores, y diferentes equipos de aquella época recuerdan que, en algún momento el equipamiento fue uno de los más prestigiosos de la ciudad.
Algunos de los visitantes reconocen que han visitado la exposición para poder volver a poner un pie en la sede. «Recuerdo cuándo venía a hacer cambios de dinero. El edificio en sí tiene mucha categoría, y siempre lo he valorado», expresa uno de ellos.
