Universidad
Un tándem de veteranos y principiantes que espolea el talento
El ETSEQ celebraba el viernes la clausura del Anteproyecto 1r-4t, una iniciativa formativa pionera donde alumnos de primero, liderados por estudiantes de 4t, compiten para encontrar soluciones innovadoras a varios retos
Una combinación de nervios y ganas de ponerse a prueba. Este era el ambiente que se respiraba el pasado viernes en la Escuela Técnica de Ingeniería Química (ETSEQ) de la URV. Después de todo un curso de esfuerzo y dedicación, llegaba la hora de la verdad para los alumnos del Anteproyecto Integrador 1.º 4t de Ingeniería Química y de Ingeniería de Bioprocesos Alimentarios. Los estudiantes llegaban a la última jornada de las competiciones, Chem-e-car y Food Challenge Design. En el primero, los alumnos de Ingeniería Química tenían que producir hidrógeno y con este hidrógeno hacer mover un pequeño vehículo. En el segundo, los alumnos de Ingeniería de Bioprocesos Alimentarios tenían que elaborar un alimento innovador y eco-sostenible que contuviera un postbiótico que mejorara la salud intestinal.
Una de las peculiaridades de ambas competiciones es la unión en un mismo equipo de alumnos de primer curso que justo empiezan su carrera universitaria con veteranos de cuarto curso. Concretamente, los alumnos de cuarto, actúan como líderes del equipo, organizando y distribuyendo roles, tareas a hacer, uso del tiempo, etc. El profesor Xavier Farriol, responsable del Anteproyecto 1r-4t, explica que «en el ETSEQ formamos a nuestros estudiantes en liderazgo. Este es un aspecto metodológico muy importante de la escuela. Es un rasgo que nos diferencia con respecto a otros centros universitarios y este tipo de iniciativas son claves para desarrollarlas».
Este, sin embargo, no es el único elemento innovador en el planteamiento de ambas competiciones. «Entendemos el aprendizaje de la ingeniería a través de un método que se llama CDIO -Concebir, Diseñar, Implementar y Operar-. Tanto a la hora de producir hidrógeno para alimentar el vehículo como en el caso de la producción de un alimento innovador, los equipos pasan por todas las etapas. Primero tienen que pensar qué quieren hacer, después tienen que diseñar el equipo, ponerlo en marcha y hacerlo mover, en el caso del vehículo, o probarlo y que sea bueno, en el caso del alimento», detalla Farriol.
Propulsados por hidrógeno
En el caso del Chem-e-car, diez equipos luchaban para ser vencedores. El equipo 9, liderado por Jana Esteve y formado por Anny María Rodríguez, Ferran Rufat, Adriana Roldan, Pol Masip, Blau Vilella, Alejandro Marín, Pau Rabasa y Gabriel Palau se llevó la victoria.
El buen ambiente y las caras divertidas de los alumnos eran la tónica general durante las carreras. Gritos de ánimo, aplausos, un speaker que añadía emoción e incluso la famosísima canción Eye of the Tiger como banda sonora convertían esta actividad formativa en una fiesta que llenaba de juerga los espacios exteriores del ETSEQ. Primero, sin embargo, los alumnos habían sido entrevistados individualmente y en grupo por varios docentes y técnicos de la compañía Dow Chemical, en unas entrevistas en las que tenían que explicar los fundamentos de su proyecto. Acto seguido, los laboratorios vivían uno de los momentos clave en todo el proyecto: la creación del hidrógeno. La concentración era máxima y los diez equipos se esforzaban para obtener la energía necesaria para poder propulsar su pequeño vehículo. Y finalmente, llegaban las carreras.
«Los momentos más críticos de todo el proceso son dos. El primero, cuando los alumnos tienen que purificar el hidrógeno. El segundo cuando tienen que hacer correr el coche y están bajo presión», detalla Ricard Garcia, el director del Departamento de Ingeniería Química del ETSEQ y responsable de la actividad Chem-e- car. «Los equipos que están bien organizados les sale bien y los que están mal organizados, se hunden», comenta Garcia. Y añade: «Ya lo buscamos. El Anteproyecto persigue combinar las habilidades técnicas con el liderazgo, el trabajo en equipo, la colaboración o la respuesta cuando se está bajo presión».
Hay que destacar que dos equipos más fueron premiados. Concretamente, el grupo liderado por Pau Panisello y formado por Natalia, Torres, Laia Marginet, Blanca Teixií, Ilargi Rocamora, Albert Rubio, Álex Gómez, David Vázquez y Maria Sánchez se llevaba el premio a mejor rendimiento académico colectivo. Por otra parte, el premio Dow Chemical Avantprojecte 1.º 4t era para el equipo encabezado por Lucas Artigas y formado por Carlos Maldonado, Desiré Encinas, Arnau Clar, Claudia Jacob, Adrià Fruto, Miquel Fibla, Jordi Bosch y Cheyenne Garcia.
Mejorar la salud intestinal
Donde también se vivían momentos de tensión y nervios era en el laboratorio de cocinas, en el que los alumnos de Ingeniería de Bioprocesos Alimentarios estaban ultimando el emplatado de las elaboraciones que concursaban en el Food Challenge Design. Después de meses de trabajo, un jurado formado por profesores de la URV y expertos de la industria alimentaria probó las creaciones y escuchó con atención toda la investigación hecha hasta llegar al resultado final.
«El reto de este año era diseñar un alimento que mejorara la salud intestinal. Para conseguirlo, los alumnos tenían que introducir algún tipo de postbiótico. Primero tenían que escoger el postbiótico, tenían que crear el producto final, y también tenían que diseñar una planta industrial de producción de este componente. Por lo tanto, el proyecto tiene dos vertientes, uno relacionado con la ingeniería de procesos y la otra con la creación de producto», explica la responsable de Food Challenge Design, Carme Güell. Este doble enfoque permite que los alumnos no sólo trabajen la parte de habilidades técnicas, sino también cuestiones relacionadas con la comunicación, la persuasión o el marketing.
De los cuatro equipos que competían, ganó la propuesta Eco Bites liderada por David Benet y formado por Antonio Márquez, Anna Pallarés, Gabriela Muñoz, Francesc Solé, Jan Torres y Mariona Balaña. La creación de unos mochis saludables -sin azúcares añadidos, aptos para veganos y para celíacos con una aportación destacada de vitamina B12 y polifenoles-, junto con un aspecto visual atractivo y una textura diferente y un sabor que recibió la aprobación del jurado los hizo vencedores de la prueba.
«Sois el futuro»
La jornada se cerró con un acto de clausura en la Sala de Grados del ETSEQ, en el cual participó el rector de la URV, Josep Pallarès, y el responsable de Dow Tarragona, Ignasi Cañagueral. Este último animó a los alumnos a mantener la actitud que habían demostrado durante todo el proceso. Asimismo, aseguró que el rasgo diferenciador del polo químico tarraconense respecto de otras localizaciones de la industria es justamente el talento; un talento que sale principalmente del territorio y del ETSEQ. «Nos enfrentamos a grandes retos, como la respuesta al cambio climático o la descarbonización, y seréis vosotros los que acabaréis de dar respuesta. Estáis en el lugar adecuado», concluía el responsable de la compañía.
Te puede interesar
Tarragona
Tarraco 'made in china': el curioso origen del patrimonio urbanístico tarraconense
Oriol Castro
Tarragona
'Posa't la Gorra' celebra su 20.ª edición en el Camp de Mart con una decena de talleres
John Bugarin