Judicial
El 10 de diciembre empezará el juicio del conflicto en la Sang
Los denunciantes esperarán a que se resuelva la vía civil, pero no descartan abrir un litigio penal
10 de diciembre. El juicio derivado del conflicto interno a la Real y Venerable Congregación de la Sang de Tarragona arrancará en esta fecha. El litigio tendrá que dirimir si se cometió o no falsificación documental a la hora de hacer el cambio de nombre de la iglesia de Nazaret el año 2018. Aquel año, la sede canónica pasó a ser copropiedad de la Congregación de Señoras de la Mare de Déu de la Soledat.
La parte denunciante, formada por un grupo de congregantes, argumenta que el cambio de nombre de la propiedad no se hizo correctamente e interpuso una denuncia contra la dirección de la entidad, capitaneada por mosén Queraltó. Este grupo cree que la fecha del juicio era el «previsto». La dirección de la Sang acordó hacer una enmienda al error en el registro de la propiedad del año 1987 e incluyó a la Soledat en el registro. Los denunciantes argumentan que los títulos de adquisición de la sede son previos y que, entonces, la Soledad no existía. La Justicia tendrá que dirimir si hubo delito o no. La dirección defiende que el trámite se hizo correctamente.
No se descarta la vía penal
Por otra parte, los denunciantes no descartan abrir otro procedimiento por la vía penal. «No lo hemos descartado. De momento, esperaremos a presentarla porque sino se paralizaría el proceso por la vía civil», exponen fuentes de los denunciantes.
Proceso electoral abierto
El anuncio de la fecha del juicio llega en medio del proceso electoral a la Sang, que se convocó después de celebrar la Semana Santa por cuestiones de estatuto. El plazo para presentar candidaturas acaba el día 25. Los congregantes votarán a la nueva junta directiva en una junta extraordinaria.
El Arzobispado al acecho
El pasado abril el Arzobispado de Tarragona emitió un comunicado donde exponía que esperará a las actuaciones judiciales antes de tomar decisiones sobre la Sang.
Sin embargo, la diócesis explicó que no considera deseables los conflictos internos a la entidad y que estropean los principios mismos del cristianismo. El Arzobispado apuesta por un diálogo sincero que tendría que llevar a un acuerdo interno en el bien de la congregación.