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Cumple 8 años el Plan Director de la Muralla de Tarragona: «El grado de desarrollo es bajo»

Generalidad y Ayuntamiento coinciden en qué «se ha hecho mucho trabajo, pero no toda la que tocaba»

La restauració de la muralla a la Baixada del Roser finalitzarà amb una inversió de 250.000 euros. Serà la quarta actuació en aquest punt en els darrers 10 anys,

La restauración de la muralla en la Baixada del Roser finalizará con una inversión de 250.000 euros. Será la cuarta actuación en este punto en los últimos 10 años.Gerard Marti Roig

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Tarragona

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La Muralla de Tarragona es el único monumento de la ciudad que cuenta con un Plan Director. Esta hoja de ruta, que marca los criterios de rehabilitación y conservación del monumento, se empezó a elaborar ahora hace una década y se presentó el mes de junio de 2016.

El coordinador del proyecto, impulsado por el Departamento de Cultura de la Generalitat, a través de la Dirección General de Archivos, Bibliotecas, Museos y Patrimonio fue el arquitecto tarraconense Carles Brull. «El grado de desarrollo del plan director es bajo», indica Brull. Generalidad y Ayuntamiento coinciden en decir que «se ha hecho mucho trabajo», pero añaden: «no todo el que querríamos». «No se han hecho todas las actuaciones calificadas de urgentes», reconocen desde la administración catalana.

Los dos problemas principales de la muralla son, de un lado, la estabilidad y, del otro, la degradación. Los rellenados modernos hechos con sillares de peor calidad, la afectación del agua y la humedad son las principales amenazas.

También incide la vegetación: un ejemplo es la hiedra de una cincuentena de metros entre la portezuela del Cabiscol y la Torre del Arzobispo, que habrá que retirar para actuar a la muralla. «No sabemos qué se esconde debajo la hiedra», indican fuentes municipales.

La muralla romana se construyó con dos tipos de sillares: piedra del Llorito y piedra del Mèdol. La primera, en situaciones de exceso de humedad o, por el contrario, de demasiada sequedad, se convierte en polvo. La segunda es la más firme.

Con el paso de los años y los arreglos modernos la estabilidad de la muralla se ha visto alterada. «Los romanos tenían claro dónde poner cada sillar, pero todo lo que se ha hecho posteriormente no sigue las pautas romanas y los resultados no son los mismos», explica Brull. Los 1.200 metros aproximados de muralla que se conservan se dividen en 14 sectores. Los sectores 5 y 6, entre el Arzobispado y el Fortí Negre, son los más «críticos».

La falta de recursos es uno de los factores que limitan las actuaciones. Con el fin de ejecutar al 100% el plan director, la inversión necesaria es de unos 13 millones de euros. Se trata de una cifra muy superior a la que se destina anualmente, desde el Ayuntamiento y la Generalitat, para el mantenimiento y conservación del monumento. Eso se suma a la diversidad de agentes que intervienen en los más de 1.000 metros de muralla: es titularidad del Ayuntamiento en su grueso; también del Arzobispado, propietario de 334 metros lineales; y de decenas de particulares y entidades que cuentan con viviendas o edificios con una parte de muralla dentro. Por su parte, la Generalitat tiene el papel de vigilar y dar el visto bueno a las acciones previstas, a través de la Comisión de Patrimonio.

«Siempre se puede hacer más, pero estamos satisfechos», indica al consejero de Patrimonio, Nacho García, sobre los ocho años de plan director. Desde el Ayuntamiento señalan que la falta de recursos «ha imposibilitado hacer más». Sin embargo, también aclaran que «no es viable hacer más de tres o cuatro grandes acciones al año, por los problemas de movilidad que genera y por la falta de profesionales y empresas del sector».

Desde la Generalitat también reconocen que «siempre se quiere hacer más» y que «no se han hecho todas las actuaciones marcadas como urgentes en el plan director». La jefa de Servicio de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico, Maria Teresa Miró, ponía en valor el Plan Director porque «ha conseguido unificar criterios y marcar hoja de ruta para muchos años».

El Arzobispado es propietario de una de las zonas más delicadas. Sobre las actuaciones que se tienen que llevar a cabo, exponen que «nos tenemos que plantear trabajar la próxima fase del plan director» y que «a corto plazo se empezarán a plantear los estudios previos de este sector», en referencia a los sectores 5 y 6 anteriormente mencionados. Sobre el grado de cumplimiento del plan, se limitan a decir que «somos responsables de nuestro tramo y se trabaja según las posibilidades siguiendo la hoja de ruta».

La Bajada del Roser

La última inversión anunciada por parte del Ayuntamiento y la Generalitat es de 250.000 euros, que se destinarán a finalizar las actuaciones en la Bajada del Roser. Aquí está donde se inició el Programa de Conservación y Mantenimiento planteado por Carles Brull, ejecutado en este punto el año 2021. «Ahora se finalizará lo que había que hacer en este tramo», explican las administraciones.

Unificar criterios en la rehabilitación de viviendas, elemento clave

Uno de los grandes hitos conseguidos por el Plan Director es la unificación de criterios con respecto a la rehabilitación de la muralla, sobre todo en aquellos sectores donde la propiedad es de un particular. Muchas viviendas se encuentran incrustadas en el monumento, hecho que provoca que, en caso de obras en los pisos, se tengan que seguir los protocolos marcados por la Generalitat. «Nos ha ayudado a poder unificar colores y materiales», indica la cabeza de Servei de Patrimoni Arqueológico y Paleontológico de la Generalitat, Maria Teresa Miró. La detrás de gran rehabilitación de este tipo se encuentra en una vivienda propiedad de Raül Font Quer, ubicado en el paseo de Sant Antoni de la ciudad.

El tramo más «delicado», del Arzobispado: El sector 6

El sector 6 de la muralla, entre la Torre del Arzobispo y el Fortín Negro, es uno de los que presenta más problemas de estabilidad y degradación. La propiedad de este tramo es el Arzobispado de Tarragona, que es titular de 334 metros lineales de monumento. «Se trabaja según las posibilidades y seguimos la hoja de ruta del Plan Director», indican desde el Arzobispado. Les actuaciones para este sector se calificaron de «urgentes» según el documento.

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