Religión
El Arzobispado obliga a mosén Queraltó a dejar el cargo en la Sang
El obispado ha publicado un decreto que limita los mandatos a las asociaciones canónicas a ocho años
El Arzobispado de Tarragona ha emitido un decreto que limita la duración y el número de mandatos a las asociaciones y fundaciones canónicas, sean públicas o privadas. Concretamente, se constriñen los mandatos de las juntas directivas a un máximo de cuatro años. Además, una misma persona sólo podrá ejercer este tipo de cargos durante ocho años de forma consecutiva, en dos mandatos diferentes. Para volver a ocupar una responsabilidad así, tendrá que dejar pasar todo un mandato para volver a ser escogido.
El arzobispo Joan Planellas ha tomado esta decisión después de una «profunda reflexión» y «vista la experiencia de proximidad a las asociaciones de fieles a la Archidiócesis». El nuevo documento también indica que, en los casos en que estas limitaciones ya hayan sido superadas, se tendrán que convocar elecciones en el plazo de seis meses. Esta medida se aplicará tanto a los nombramientos hechos a propuesta de los órganos competentes como los de designación directa del arzobispo.
En este sentido, los principales afectados serán las cofradías de Semana Santa. Uno de estos casos es el del prefecto de la Congregación de la Sang: mosén Queraltó. La Sang se encuentra en medio de una crisis interna que ha derivado en una demanda judicial de un grupo de congregantes contra el prefecto. Estos fieles argumentan que Queraltó cambió la propiedad de la sede canónica, la iglesia de Nazaret, de forma ilegal. Este presunto hecho derivó en la dimisión de una gran parte de la junta directiva y en la celebración de elecciones para escoger nuevos seglares y subprefecto. Una parte de los congregantes pidió la intervención de Planellas, la única persona con competencias para destituir al prefecto.
Espera rota
Sin embargo, el Arzobispado emitió un comunicado hace semanas en que indicaba que esperaría que se resolviera el proceso judicial para tomar alguna decisión. Pero el nuevo decreto ha roto esta espera, ya que obliga a Queraltó a abandonar su cargo a la entidad durante los próximos cuatro años. Queraltó pasó a ser prefecto de la Sangre el año 2015.
Medida controvertida
El mosén ha declinado hacer declaraciones al Diario Más. Por su parte, el grupo de denunciantes de la congregación consideran que el nuevo decreto es un «lío» por «no destituir directamente» a Queraltó. «Eso afecta a mucha gente que no tiene nada a ver con el conflicto y que ya la van reeligiendo cada cuatro años», exponen fuentes de este grupo.
En medio de elecciones
Esta noticia ha llegado en pleno proceso electoral en la Sang. Dos candidaturas se han presentado a los comicios. Una está encabezada por el actual subprefecto, Ramon Mullerat, que llegó el cargo hace pocos meses con la voluntad de organizar los actos de Semana Santa y convocar los comicios. Casado quiere mantener el cargo y es una opción continuista de la dirección de mosén Queraltó. Manuel Allué será su número dos.
Maria Grau se presenta
Pero el subprefecto tendrá que ganar a las urnas a Maria Grau, la otra candidata. Grau dimitió de la anterior junta directiva por las desavenencias con el cambio de nombre de la iglesia. Montserrat Boada será la número dos de una lista con un claro carácter femenino. Si Grau ganara las elecciones, sería la primera mujer subprefecto de la historia de la Sang. Los congregantes tendrán que decidir entre la opción continuista y la opción renovadora en unas votaciones que se prevén para finales de julio. «Es una lástima que el Arzobispado no haya tomado ninguna decisión hasta ahora. Si lo hubiera hecho antes, más gente se habría animado a participar en los comicios. Muchos congregantes no han querido por Queraltó», exponen fuentes de la Sang.