La planta depuradora de Ematsa en Tarragona convierte el barro en energía para autoconsumo

La Estación de depuración de aguas residuales (EDAR) de Tarragona ha dado pasos de gigante hacia la autosuficiencia. Desde principios de año, la planta cuenta con un sistema de cogeneración de energía que permite aprovechar los barros extraídos durante el proceso de tratamiento del agua convirtiéndolos en energía renovable —eléctrica y térmica—, que se destina al consumo de la misma depuradora. Esta nueva infraestructura permite generar un 70% de la energía que se consume anualmente en la EDAR. Con las placas solares que se han instalado recientemente, el ahorro llega hasta el 90%. En días soleados, incluso se puede alcanzar el 100%.

«La gestión eficiente y sostenible del agua es una de las prioridades absolutas de Ematsa», aseguraba ayer el alcalde y el presidente de la empresa municipal, Rubén Viñuales. El alcalde señalaba que «esta iniciativa es un claro ejemplo de economía circular». En este sentido, cree que la implantación del nuevo sistema de cogeneración es «un cambio de paradigma con respecto a la gestión del ciclo integral del agua», que pasa de ser considerado un «recurso».

El responsable del área de depuración de Ematsa, Paco Oliva, explicaba que, ahora, la EDAR «no sólo tiene la función de devolver el agua residual al medio en condiciones óptimas», sino que también se encarga de generar subproducto. El año pasado, se retiraron cerca de 150 toneladas de basura como toallitas o plásticos. «Hay un proyecto para convertirlas en pilas de combustible sólido para reaprovecharlas en las incineradoras», decía Oliva, quien apuntaba que la arena eliminada «se puede utilizar para la construcción». Con respecto al agua depurada, es captada por AITASA, para uso industrial.

Durante el 2023, también se separaron 7.400 toneladas de barro, que es la materia prima del nuevo sistema de cogeneración. Con un proceso de digestión anaerobia, se genera biogás, el cual, mediante la combustión, se genera energía tanto eléctrica como térmica. Con respecto a la primera, se destina al autoconsumo de la planta. Con respecto a la segunda, se utiliza para climatizar los edificios de Ematsa o calentar el agua de las duchas.

La nueva instalación, que cuenta con una potencia instalada de 390 kW, se puso en funcionamiento a principios del 2024. A eso, hay que sumarle los 94 kW de las placas fotovoltaicas que hay en la planta. Esta autosuficiencia permite ahorrar la emisión de 724 toneladas de CO2 anuales, que equivale a la capacidad de carbono de 1.316 pinos o a las emisiones producidas por el consumo eléctrico de 796 hogares.

Inversión de la ACA

Parte de la inversión para hacer realidad este sistema de cogeneración ha ido a cargo de la Agencia Catalana del Agua (ACA), a través del canon del agua. «En esta planta, ya se ha empezado el camino para alcanzar la autosuficiencia energética», decía Isabel Gandullo, directora del Área de Saneamiento de Aguas Residuales de la ACA. El organismo autonómico prevé que, a medio plazo, el sistema de cogeneración de energía pueda llegar a las depuradoras de Vila-seca y Cambrils, que se sumarían a las de Tarragona y Reus, siendo cuatro en todo el territorio.