Entrevista
Sergi Boada: «Es probable que cambiemos de sede en Tarragona y hagamos unas quince habitaciones para estudiantes y médicos»
Boada ha sido nuevamente elegido como presidente del Colegio Oficial de Médicos de Tarragona y hace balance en el Diari Més de los proyectos impulsados hasta ahora y de sus objetivos de cara al próximo mandato
Fue la única candidatura que se presentó al proceso electoral. ¿Cómo afronta este nuevo mandato?
«Nos sentimos reforzados. Vemos el hecho de que no haya una candidatura alternativa como un reconocimiento al trabajo hecho. Queremos continuar con los proyectos puestos en marcha en los últimos cuatro años».
Ha apostado por un colegio más transparente y colaborativo. ¿Cómo ha sido este proceso?
«Nace por una necesidad de que el colegio fuera más participativo. El colegiado tiene que tener acceso a toda la información posible para que eso le estimule a participar. Después de estos cuatro años podemos decir que el colegio es más participativo gracias al hecho de que es más transparente».
¿La rebaja de cuotas también ha seguido esta voluntad?
«Era un compromiso y una reivindicación histórica de los colegiados en Tarragona. En el 2020 ya dijimos que haríamos más por menos. La respuesta ha sido positiva y estamos muy contentos».
Otro eje de trabajo ha sido la reforma de las sedes del colegio en Reus y Terres de l'Ebre. ¿Están satisfechos?
«Ha sido una prioridad de este mandato. En Reus hemos apostado por un cambio de uso. En la planta baja han continuado los servicios como hasta ahora. Pero en la planta superior hemos apostado por hacer lo que denominamos COMTLiving».
¿Qué quiere decir?
«Se trata de ofrecer vivienda asequible tanto a médicos como a estudiantes. Lo tenemos dimensionado en cinco habitaciones y ha sido como una prueba piloto».
¿Y cómo ha ido la prueba?
«Ha ido muy bien, los seis meses próximos lo tenemos completo. Hay mucha rotación y vienen muchos médicos de intercambio, con contratos de prácticas o que vienen a hacer estancias cortas. Les ayudamos y les podemos acoger de esta forma durante un periodo de tiempo. Eso nos ha servido para tener claro que lo tenemos que implementar en la sede de Tarragona».
¿Dejarán la sede en la Via de l'Imperi Romà?
«Estamos trabajando en diferentes líneas. Será difícil continuar en la actual sede, aunque es un edificio singular. Entendemos que nuestras necesidades ya sobrepasan la estructura y las dimensiones del inmueble. Queremos hacer otro COMTLiving con unas quince o veinte habitaciones. Al final, también es una forma de atraer talento y retenerlo».
¿La fuga de talentos en el ámbito médico preocupa al colegio?
«De entrada es un problema que se tiene que visibilizar mucho. A nivel tarraconense, el problema demográfico médico actual tiene un impacto diferente en otras zonas de Cataluña. Las Terres de l'Ebre es una zona realmente impactada por esta situación, donde la demografía médica está sufriendo mucho».
¿Cómo se puede revertir?
«No hay una varita mágica. Desde el Colegio de Médicos tenemos muy claro hasta dónde podemos llegar. Tenemos que explicarlo y indicar a los agentes que tienen posibilidad de cambiar las cosas. Nuestras pequeñas acciones van encaminadas a eso. Hay que tener en cuenta que el 65% de estudiantes de Medicina en la Universidad Rovira i Virgili son de fuera. Eso supone que, ya desde un inicio, empezamos con un handicap».
Su presidencia se ha posicionado en cuestiones como la homologación de los médicos de formación extracomunitaria o la intrusión en la medicina estética. ¿Este carácter de denuncia continuará?
«Como colegio tenemos que velar por la buena praxis. Al final, nuestro objetivo es la ciudadanía y la excelencia del acto médico. Los médicos de formación extracomunitaria sostienen el sistema sanitario público y, sin embargo, tienen muchas dificultades para acreditar sus especialidades. También, como velamos por el acto médico, quien haga medicina estética tiene que estar lo máximo formado posible. No nos podemos permitir que haya personal que no sea médico en ciertos ámbitos».
¿Le preocupa el relevo generacional en el colegio?
«No. Hemos incorporado en la junta directiva a la doctora Ruiz, de 28 años, para tratar este tema. Es evidente que hay un cambio sociológico en el médico joven porque también tiene una expectativa de vida diferente. Les queremos incorporar y dar voz para ayudarles en todo lo que haga falta».
Su presidencia también apuesta firmemente por la inteligencia artificial. ¿Será una gran aliada de los médicos?
«Estamos completamente convencidos de que la inteligencia artificial bien aplicada nos liberará de muchas tareas burocráticas. Será un gran ahorro de tiempo y nos hará centrarnos más en el paciente. Queremos impulsar más formaciones sobre esta tecnología para ayudar a los colegiados en su aplicación».