Investigación
El ritmo de crecimiento de las energías renovables previsto es inviable por las limitaciones materiales, según la URV
La universidad y el Imperial College ha analizado la necesidad de minerales críticos con una demanda muy superior a la producción
Un estudio liderado por la URV y el Imperial College de Londres pone sobre la mesa que las limitaciones materiales para producir la tecnología que utilizan las centrales de energías renovables hace inviables el ritmo de crecimiento previsto de este sector para poder cumplir el Acuerdo de París en el horizonte de 2050.
Los objetivos de mantener la temperatura global por debajo del 2 grados respecto de los niveles preindustriales y limitar el aumento a 1,5 grados, requerían incrementar sustancialmente el uso de energías renovables. El equipo investigador argumenta que los modelos de evaluación integrada actuales no tienen en cuenta la cantidad de material necesaria para fabricar algunas de las tecnologías imprescindibles, como baterías, turbinas eólicas o paneles solares.
Los planes para limitar el incremento global de la temperatura, recuerdan, se nutren de los resultados de los llamados «modelos de evaluación integrada», unos modelos matemáticos que permiten simular posibles escenarios futuros y sus consecuencias por el cambio climático. Dentro de estos modelos, los escenarios compatibles con los objetivos marcados en París marcaban la necesidad de aumentar de forma sustancial la implementación de tecnologías de energía limpia. El estudio, sin embargo, pone en duda que se puedan alcanzar las proyecciones actuales para el despliegue de energías renovables.
Sostienen los investigadores que estos modelos de evaluación integrada actuales no tienen en cuenta la cantidad de material necesaria para fabricar algunas de las tecnologías imprescindibles para la transición energética, como baterías, turbinas eólicas o paneles solares. Según esta investigación, eso hace que las previsiones de estos modelos sean demasiado «optimistas» teniendo en cuenta todo lo que comporta el desarrollo de estas tecnologías.
Citan como ejemplo el hecho de que alcanzar estas proyecciones implicaría aumentar la demanda de selenio y galio 571 y 531 veces, respectivamente, en los próximos 30 años. Un hito que consideran «difícil de alcanzar». Apuntan, así, que llegar a este nivel de producción significaría aumentar considerablemente la actividad de las operaciones mineras y mejorar las tecnologías de extracción para incrementar la eficiencia, una realidad que no se ve viable teniendo en cuenta el punto de partida.
Así pues, creen que la importancia de estos materiales críticos será un factor limitador en el desarrollo de tecnologías de energía limpia en los próximos años. Para afirmarlo se han basado en los resultados de su estudio, publicado en la revista científica Energy and Environmental Science, en el que han analizado 36 materiales diferentes y han encontrado que la demanda de muchos de estos superaría con creces la producción actual antes del 2050. Eso incluye elementos como el telurio, el indio o el cobalto, cuya demanda crecería 49, 17, 6 veces, respectivamente.
Estudio de la disponibilidad y reciclaje
Para abordar estas limitaciones, proponen incorporar ecuaciones que tengan en cuenta la disponibilidad de materiales y así como una mayor diversidad tecnológica. Eso permitiría obtener proyecciones más realistas y útiles a la hora de tomar decisiones políticas. La investigación también plantea aumentar la capacidad de reciclaje de materiales para reducir la dependencia de las materias primas, así como destinar recursos a la investigación y desarrollo de tecnologías que utilicen menos materiales críticos o que puedan sustituirlos por alternativas más accesibles.
A partir de estas constataciones, los resultados de este estudio cuestionan el paradigma actual e introducen implicaciones significativas en las políticas de mitigación del cambio climático. Por ejemplo, aseguran, las limitaciones materiales podrían provocar desviaciones considerables con respecto a los objetivos pactados al Acuerdo de París, que estarían entre los 0.06-0.95 °C de calentamiento adicional.
«Eso pone de manifiesto la necesidad urgente de políticas que promuevan la investigación en tecnologías menos dependientes de materiales críticos y la mejora de las cadenas de suministro de materiales», ha declarado Carlos Pozo, investigador del Departamento de Ingeniería Química de la URV, que ha participado en la investigación junto con Fatemeh Rostami y Laureano Jiménez, del mismo departamento.