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Fiestas

El Griu Petit se luce por su 5.º aniversario en la 2.ª Muestra de Bestiario Singular de Fuego

El elemento tarraconense celebró la efeméride con cuatro bestias invitadas

El Griu Petit va néixer l’any 2019 de la mà de l’Associació de Veïns Vall de l’Arrabassada i Músics, que aquell any van organitzar una Mostra de Bestiari Singular de Foc.

El Griu Petit nació el año 2019 de la mano de la Associació de Veïns Vall de l'Arrabassada i Músics, que aquel año organizaron una Muestra de Bestiario Singular de Fuego.Cedidas

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El año 2019, Tarragona vivió el nacimiento del Griu Petit. Para darle la bienvenida, se celebró una Muestra de Bestiario Singular de Fuego —adulta e infantil—, que contó con la presencia de diferentes bestias de todo el país. Ayer, tuvo lugar la segunda edición de este correfuego con motivo del quinto aniversario de la réplica en miniatura del Grifo, elemento impulsado por la Associació de Veïns Vall de l'Arrabassada i Músics.

El elemento festivo tarraconense, junto con cuatro grupos invitados, se lucieron por las calles de la ciudad con las chispas de sus petardos. De hecho, durante el fin de semana tuvieron lugar dos correfuegos. El sábado, fue el turno de los grandes con la conmemoración de los 10 años de la entrada del Griu en el Séquito Popular de Tarragona. Ayer, cogieron las riendas de la fiesta los más pequeños, que demostraron que ellos también saben petarlo.

Una jornada muy familiar

Muchas familias se acercaban a la plaza de la Font minutos antes del inicio del correfuego para conocer las bestias invitadas y hacerse fotos con ellas. La tranquilidad que había durante instantes previos se rompía con el primer encendido de la tarde. El Drac Petit de Badalona, el Drac Petit de los Monjos, el Drac Petit de Montblanc y el Drac Petit de Valls hacían gala de sus bailes mientras rociaban de fuego a un público muy entregado.

Con las primeras chispas, y sobre todo con los chasquidos de los petardos, llegaban los primeros llantos entre algunos de los asistentes más menores, que se escondían entre los brazos de sus padres. Otros, mayores, se atrevían a vivir los encendidos de más cerca, como Carla Caridad, de 10 años, quien reconocía que disfruta los correfuegos. «A veces da un poco de miedo, pero es muy divertido», aseguraba.

El Griu Petit cerraba la comitiva, que inició su recorrido desde la plaza de la Font. Pasando por la calle Portalet, llegaron a la Rambla Vella, que ayer se convirtió en un tramo silencioso para personas con sensibilidades diversas. El correfuego continuó por la calle Comte de Rius y la Rambla Nova hasta los Despullats, donde tuvo lugar el gran encendido conjunto para culminar la celebración.

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