Diari Més

Santa Tecla

Los pequeños reinan en Santa Tecla con el Séquito Pequeño

El pasacalle se lució por las calles de la ciudad en medio de una gran expectación

La cercavila del seguici petit de Tarragona per les festes de Santa Tecla no para de créixer i va omplir els carrers de la Part Alta de la ciutat amb foc, balls i música.

El pasacalle del séquito pequeño de Tarragona por las fiestas de Santa Tecla no para de crecer y llenó las calles de la Part Alta de la ciudad con fuego, bailes y música.Gerard Martí

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Pocas veces la salida de la escuela un jueves es tan dulce. Minutos antes de las 18.30 h. las calles adyacentes a la plaza de la Font son un hormigueo constante de familias. Los niños esperan sentados en la acera de la Baixada de la Misericòrdia, mientras los padres charlan de pie. Los elementos del séquito pequeño esperan en fila en el medio la plaza, mientras los tarraconenses cogen sitio. El último trueno explota y, puntuales, el Ball de Diables Infantil hacen el primer encendido. Entonces, los niños y niñas más atrevidos se preparan con sombrero de paja, gafas y chaqueta tejana. Dan un paso adelante y esperan la llegada de las chispas. En cambio, los más miedosos buscan refugio en los brazos de los padres, dan un paso atrás y se colocan auriculares. Da igual cómo, la cuestión es disfrutar de las fiestas, cada uno a su manera.

El paso del Drac Petit genera gritos, tanto de alegría como de histeria, mientras las chispas que salen de su boca enfilan la calle Major, a rebosar de gente. Cuando el ambiente se inunda al olor a pòlvora, aparece el Bou Petit, con el ritmo trepidante de sus tamborileros. La Vibrieta y el Griu Petit y el Ball de Serrallonga Petit les siguen, llenando de fuego el inicio del pasacalle.

Los llantos de los más miedosos se acaban con las primeras notas del Amparito, que anuncian el paso de la Aligueta. Muchos niños piden que el padre lo levante a hombros para ver a uno de los elementos más queridos por los tarraconenses. Los miños que llevan la Aligueta se mueven como expertos y bailando hacen alzar las manos al cielo de Tarragona. Un cielo que por la tarde se aclaró y dejó atrás la lluvia matinal, en el momento idóneo para el pasacalle.

Detrás de la Aligueta, como si fuera Usain Bolt, sube corriendo la Baixada de la Misericòrdia la Mulasseta. Con su carácter bandarra, hace lo imposible para que todos los niños la puedan tocar, escurriéndose en todos los espacios posibles. En la carrera no se queda atrás la Cucafereta que, arrastrada por niños y niñas bien fuertes, sube la Baixada de la Misericòrdia bien rápido.

«¿Quién viene ahora?». Después de las carreras, los niños observan en medio de la calle quién es el próximo elemento en llegar. La corona solemne del Lleonet y el baile Gegants Petits hicieron dar palmas a las familias, mientras los Nanos Nous Petits sacaban las sonrisas más sinceras a los niños.

Les prosiguen, avanzando a buen ritmo y llenando de color las calles, el Ball de Bastons Petit, el Ball de Pastorets Petit, el Ball del Patatuf Petit, el Ball de Cercolets Petit y  el Ball de Bastons Petit de l’Esbart Santa Tecla. Per últim, van fer gaudir els més petits el Ball de Gitanetes, Ball de Cossis Petit, Ball dels Set Pecats Capitals Petit, la Colla Petita dels Xiquets de Tarragona y la Banda Petita de la Unió Musical de Tarragona.

Calle del silencio

El pasacalle del séquito pequeño de Tarragona estrenó la calle del silencio, en la calle Santa Anna, dedicada para personas con hipersensibilidad auditiva. Los diablos y las bestias de fuego avanzaron sin encender su pirotecnia. La calle fue un pequeño oasis en el pasacalle, sin aglomeraciones. Voluntarios informaban en la entrada de la vía a los responsables de los grupos y entregaban folletos a los ciudadanos que hablaban de la iniciativa. Los tamborileros de los elementos detuvieron su actividad y las bandas musicales adaptaron la intensidad y su repertorio para que todo el mundo disfrute de Santa Tecla.

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