Diari Més

Santa Tecla inclusiva

Kevin Domènech: «Me gustaría saber qué dice Dames i Vells»

Domènech se encarga de firmar el Baile del Patatuf

En la imatge, el Kevin signa el primer moviment dels tres que representen el Ball del Patatuf a Tarragona.

En la imagen, Kevin firma el primer movimiento de los tres que representan el Baile del Patatuf en Tarragona.Fran Richart Barberia

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Kevin Domènech hace tres años que está en el Baile del Patatuf haciendo aquello que no va otra entidad del Séquito: firmar. Gracias a la voluntad del Grupo de Sant Tecla, Kevin expresa con lengua de signos el contenido y letra del único baile de la Fiesta Mayor de Santa Tecla que es cantado. Por tal propósito, Kevin se preparó durante un tiempo para adaptar la lírica y el ritmo de la canción en la lengua de signos para que las personas sordas entiendan exactamente el significado de los versos.

Con veinte años y con padres sordos, Kevin tiene resto auditivo gracias a un implante coclear. Sin este dispositivo no sentiría nada. Eso lo ha ayudado a prepararse para firmar el Baile del Patatuf y lo que es más difícil: enseñarlo a los niños de 7 a 10 años que participa en la representación. Puede parecer que son signos sencillos de realizar, pero cualquier detalle es clave. Es por eso que Kevin utiliza en los ensayos un espejo, para que los niños y niñas firmen con la misma mano que lo hace él. Hacer un gesto o un signo con la mano contraria, podría significar cualquier otra cosa.

Kevin no sólo ha innovado firmando el Baile del Patatuf sino que también le puso un nombre en lengua de signos. Con tres movimientos —uno que representa el baile, el otro la barretina y por último el lugar de donde proviene—, una persona sorda ya puede identificar de qué baile se trata y de qué población es. Pero el trabajo de Kevin no se basa en traducir tal cual —disciplina conocida como sistema bimodal—, sino que hay trabajo de preparación para adaptar la letra y su significado en la lengua de signos.

Mariona Prunera, integrante del Patatuf y también técnica del Ayuntamiento en accesibilidad en el ámbito cultural, comenta la experiencia del concierto de Antònia Font hace unos meses en el Camp de Mart. En aquella ocasión, la audiencia del concierto dispuso de una intérprete que adaptó las letras del grupo balear meses antes, para no hacer una traducción al uso. La estructura gramatical en signos es diferente de la hablada o escrita, y en el caso de las canciones, versos o poesía tiene que haber un trabajo previo para hacer entender las segundas lecturas o indirectas de aquello que se quiere decir.

De hecho, en este concierto de Antònia Font se utilizaron las conocidas como mochilas vibratorias para que las personas sordas pudieran sentir el ritmo. Precisamente, Kevin señala que el más excitante para una persona sorda en la fiesta mayor son las vibraciones de los petardos y la percusión. «Gracias a la onda expansiva, entienden qué está pasando, en cambio, cuando ven los críos u otras figuras del séquito, sólo ven estatuas desfilando».

Hace unos años, se adoptó la figura de firmante en los bailes que se hacían en la plaza del Rey, pero desde una década se ha dejado de hacer. Una lástima para Kevin y la comunidad sorda, porque como dice «el Baile de Dames i Vells no lo he sentido nunca ni sé de lo que hablan. Hay gente que querría saberlo»!. Pero no sería fácil, porque haría falta un intérprete especializado en lengua de signos escénico. Con subtítulos no sería suficiente porque leerlo no es equivalente a entenderlo.

Como dice Kevin, los sordos no pueden sentir la emoción de un Amparito, pero sí de los bailes hablados. Y espera, que en no mucho, su comunidad se pueda también reír de los versos y participar de lleno derecho a la fiesta mayor.

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