Diari Més

Santa Tecla

El Seguici Popular luce al completo en el Cercavila delante de una Tarragona entregada

El tiempo dio tregua para el acto mayor de la Víspera con una Part Alta llena de gente

L'Àliga de Tarragona durant la Cercavila de la Vigília de Santa Tecla

L'Àliga de Tarragona durant la Cercavila de la Vigília de Santa TeclaGerard Martí

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Ya parece una tradición para muchos tarraconenses estar pendientes de la previsión meteorológica durante las fiestas de Santa Tecla, estas no han sido una excepción. Después de una semana entera con actos marcados por la lluvia, ayer llegó el momento de ver por primera vez a todo el Seguici Popular de la ciudad salir en la Cercavila, uno de los actos principales de la Víspera de la festividad de Santa Tecla.

La previsión para esta fecha no era tampoco demasiado favorable días atrás, pero el tiempo respetó finalmente este acto tan sentido. A media hora de la arrancada, la plaza de la Font ya estaba llena hasta los topes y respiraba el espíritu de estas fiestas. Allí las bestias del Séquito esperaban quietas mientras los niños y niñas se acercaban a tocarlas, hacerse fotos con ellas o subirse encima de las mayores como la Mulassa o la Cucafera.

La estima de los chiquillos por los elementos del séquito es bien conocida por todos, muchos pequeños paseaban con las figuras de algunos de ellos en la mano. Así lo constata también Òscar Pere, presidente de la Cucafera, quien asegura que «los niños disfrutan mucho con las figuras durante este día». La entidad celebra este año 10 ediciones de La Cucafera Baixa y explica cómo «sienten el amor de toda la ciudad durante estos días».

Otros, como el Griu, celebran diez años de su recuperación. Josep Maria Bertràn, presidente de la asociación afirma que «el acto del pasacalle es lo más importante para nosotros, junto con la entrada del brazo».

Sin incidencias, todos los elementos pudieron arrancar su ruta por las calles de la Part Alta de manera puntual. Como novedad, este año se ha instaurado la ‘Calle del Silencio’. 

La calle Santa Anna se convirtió en un espacio tranquilo, sin uso de pirotecnia y con músicas adaptadas. Esta iniciativa busca que las personas con diversidad disfuncional e hipersensibilidad sensorial, especialmente los más pequeños, puedan disfrutar de las fiestas.

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