Entrevista
Eduardo Cacho: «Queremos crear sinergias con otros sectores sanitarios, si colaboramos podemos evitar el colapso del sistema»
El presidente de la Asociación de Farmacéuticos con Oficina de Farmacia de Tarragona reivindica una mayor integración de las farmacias en el sistema de salud
Ayer fue el Día Mundial del Farmacéutico, que pone en valor este oficio. ¿Cree que está infravalorado?
Sí, las farmacias son mucho más que un espacio donde se suministran medicamentos. Aconsejamos a la población y muchas veces hacemos también de gabinete psicológico. En verano, por ejemplo, cuando cerramos una semana, algunos clientes nos dicen que notan que falta alguna cosa en el barrio. Las personas mayores, sobre todo, vienen a menudo a explicarnos sus vidas, y nosotros intentamos ayudarles tanto como podemos. Además, como farmacéuticos siempre reclamamos una mayor integración de las farmacias en el sistema de salud. Durante la pandemia de la COVID-19, las farmacias demostraron que podían crear sinergias con el sistema sanitario, como por ejemplo con la distribución de mascarillas o de tests. Tenemos un papel esencial para descongestionar el sistema sanitario.
¿Cómo puede ayudar una farmacia a descongestionar los centros de atención primaria?
Por ejemplo, actualmente colaboramos con la detección de cáncer de colon. En las farmacias administramos muestras y con estas hacemos un primer cribado, lo que contribuye a reducir las visitas a los centros de salud. También realizamos muchos controles diarios de presión arterial, colesterol y triglicéridos. Esto podría hacerse coordinadamente con la administración, evitando que el paciente tenga que ir al médico sólo para estos controles. Somos profesionales y estamos totalmente cualificados para hacerlo.
¿Entonces no se trata de una falta de capacidades, sino de competencias?
Exacto. No queremos invadir otros sectores sanitarios, sino trabajar de manera coordinada con ellos para evitar el colapso del sistema. Por ejemplo, a día de hoy, no podemos modificar una forma farmacéutica. No se nos permite hacer un cambio tan simple como sustituir un antibiótico en comprimidos por sobres. Eso obliga al paciente a volver al médico, y si no tiene hora rápidamente, la patología se puede agravar. Esta necesidad es todavía más urgente en zonas rurales, donde las farmacias son a menudo el único punto de contacto sanitario cercano o disponible.
¿Es complicado gestionar una farmacia en este tipo de espacios?
Muchos compañeros que tienen farmacias en pueblos pequeños lo pasan realmente mal, porque muchas veces estas zonas no son económicamente viables.
¿Cómo se pueden proteger las farmacias rurales?
Creemos que la administración tendría que dar apoyo a estas farmacias con ayudas específicas. Aunque algunas farmacias ya están clasificadas como de viabilidad comprometida, hay muchas otras que necesitan ayudas, pero no cumplen los requisitos. El apoyo económico es clave para garantizar que estas farmacias puedan seguir dando servicio.
¿Qué otros retos tiene el sector farmacéutico actualmente?
Uno de los retos más grandes es el desabastecimiento de medicamentos, un problema que se acentuó a raíz de la crisis del 2008. Lo que pasa es que los laboratorios ajustan sus previsiones de producción a la demanda, y a veces sucede un aumento imprevisto del consumo.
¿Cómo se podría solucionar esta problemática?
Haría falta aumentar el precio de algunos medicamentos que son excesivamente baratos e incentivar la producción nacional de principios activos para reducir la dependencia de países como India o China. Es un tema complejo, pero tenemos que priorizar la calidad y la seguridad por encima de la rentabilidad económica. Como comentaba antes, también aliviaría la situación el hecho de permitir a los farmacéuticos sustituir una forma farmacéutica si fuera necesario, ya que puede ser que el medicamento que marque la receta no esté disponible pero otros con las mismas funciones sí.
¿Cómo cree que afectarán las nuevas tecnologías a la profesión?
Este es uno de los grandes retos, no únicamente del sector farmacéutico sino en casi todos los oficios. Tenemos que poder utilizar herramientas como la inteligencia artificial en beneficio de la salud y de la farmacia. Cuando podamos habituarnos a estos cambios y conocer cómo hacer uso de estos elementos para agilizar nuestra profesión, ganaremos muchísimo. También es verdad que el avance de la tecnología ya ha tenido efectos en el oficio, ya que los hábitos de consumo de la población han cambiado mucho, y se hacen muchísimas compras a través de Internet. Algunas empresas se aprovechan de un vació en la legislación para distribuir medicamentos de forma ilegal. Por lo tanto, sería necesario regular esta distribución y asegurar que se cumplen las garantías sanitarias y de conservación necesarias.