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El primer Concurso de Castells de Tarragona: el inicio de una tradición

La Colla Vella de Valls fue la primera vencedora de este tradicional certamen que se inició el 2 de octubre de 1932

Imatge de la primera edició del Concrus de Castells de Tarragona.

Imagen de la primera edición del Concrus de Castells de Tarragona.Ayuntamiento de Tarragona

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El 2 de octubre de 1932, Tarragona vivió un acontecimiento histórico con la celebración del primer Concurso de Castells en la plaza de toros, que marcó el inicio de una de las tradiciones más emblemáticas de la ciudad y del mundo casteller. La efervescencia previa al concurso fue palpable durante semanas, tal como reflejaba la prensa de la época. El "Diari de Tarragona" destacaba, ya en agosto, que la expectativa era enorme tanto en la ciudad como en los pueblos vecinos, donde la afición por los castells llegaba al «delirio» según recoge un texto del historiador y archivista Jordi Piqué Padró publicado en el número 55 de Fet a Tarragona.

Con la participación de cuatro collas —Vella y Nova de Tarragona, y Vella y Nova de Valls-, la competición congregó a unas seis mil personas, que llenaron la plaza de toros con entusiasmo. Entre los castells que se levantaron se encontraban el tres de siete, el cuatro de siete, el pilar de cinco, y un intento de cuatro de ocho por parte de la Colla Nova de Valls. A pesar de algunos errores de organización, como admitiría la prensa posteriormente, el concurso fue considerado un éxito.

El jurado, presidido por Pau Casals, otorgó el primer premio a la Colla Vella de Valls, que recibió 3.000 pesetas y la copa de la Generalitat de Catalunya. La Colla Nova de Valls quedó en segundo lugar, seguida por la Colla Vella de Tarragona y la Nova de Tarragona, en que recibieron respectivamente los premios en metálico y las copas de los ayuntamientos de Tarragona, Valls y el Vendrell.

Después del veredicto, los ganadores celebraron el triunfo levantando un cuatro de siete y un pilar de cinco delante de el Ayuntamiento de Tarragona, poniendo punto final a un concurso que fue alabado como un «experimento exitoso» por la prensa, a pesar de lamentar la ausencia de los castellers del Vendrell, que no participaron.

El impulsor de esta primera edición fue el Ayuntamiento republicano de Tarragona, bajo la alcaldía de Pere Lloret, quien también promovió otras iniciativas culturales. A pesar del éxito de esta primera edición y la continuidad el año 1933, el concurso no se volvió a celebrar hasta 1952, consolidándose posteriormente como una cita indispensable en el calendario casteller.

Este acontecimiento histórico no sólo supuso un homenaje al mundo casteller, sino que también fue una plataforma para rendir tributos a figuras como la de Pau Casals. Así empezaba una historia que, hoy día, sigue siendo un orgullo para Tarragona y para la cultura catalana.

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