Investigación
Un estudio con participación de la URV detecta nueve microplásticos por término medio en cada mejillón cultivado en Cataluña
La depuración de los bivalvos durante 24 horas reduce su presencia a la mitad, según los investigadores
Un estudio en el que ha tomado parte investigadores del Centro de Tecnología Ambiental Alimentaria y Toxicológica (TecnATox) de la URV ha detectado una media de nueve microplásticos en cada mejillón cultivado en Cataluña.
El objetivo de la investigación, desplegada conjuntamente con investigadores de la Universidad de Florencia (Italia) y la Universidad de Barcelona, era determinar el impacto del tiempo de depuración sobre los niveles de microplásticos en mejillones, ostras y coquinas.
También han analizado el tamaño, morfología y composición química de estas partículas artificiales presentes en el interior de los especímenes. El estudio ha sido financiar por la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaría (ACSA) del Departamento de Salud.
«Escogimos estudiar estos animales porque obtienen el alimento a base de filtrar el agua; esto hace que sean propensos a contener microplásticos, si es que hay en el medio donde viven», ha explicado el investigador del Departamento de Ciencias Médicas Básicas de la URV, Joaquim Rovira. Recuerda que son organismos que se consumen enteros, hecho que supone que todos los microplásticos que acumulan sean ingeridos por las personas.
Se consideran microplásticos aquellas partículas con un tamaño de entre la milésima parte de un milímetro y medio centímetro, formados por polímeros, generalmente sintetizados a partir de productos derivados del petróleo. Son contaminantes derivados de la acción humana, presentes en casi todos los ecosistemas del mundo y, por su medida y forma heterogéneas, tienen la capacidad de introducirse en la cadena alimenticia. Varios estudios los han detectado en productos de consumo humano y se ha confirmado la exposición oral en estas partículas a través de la dieta en humanos.