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Entrevista

Jordi Llort: «La sociedad está alejada del arte, queremos que la gente entre en los espacios de creación»

Llort es presidente de Tallers 03, entidad que organiza los Tallers Oberts que se harán este fin de semana en Tarragona

Jordi Llort en el Antic Ajuntament.Gerard Martí

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¿Cómo será, este año, el fin de semana de los Tallers Oberts?

«Habrá 16 talleres abiertos en la Part Alta, con un total de 41 artistas participantes. Además, habrá talleres y actividades para el público».

Este año empezáis con una novedad.

«Sí, el viernes 4, las 8 de la noche, haremos una inauguración con los artistas en el Antic Ajuntament. Habrá parlamentos, un pequeño refrigerio y la actuación de danza de la compañía La Im.Perfecta y la violinista Gessamí Martin. Además, inauguraremos una exposición colectiva que se podrá visitar hasta el día 15. Hacia las 22 h, arrancará lo que yo digo un pasatalleres: con el grupo Kapedamo, iremos pasando por todos los talleres que forman parte del programa».

El sábado también habéis organizado otra pequeña fiesta.

«Sí, será en el Club de Fangs, a las 8 de la noche, y actuará Ivan Martínez, de Don Simon&Telefunken, que ahora actúa en solitario. La entrada será libre y habrá servicio de bar a cargo de Santa Teca. Queremos que sea un espacio de encuentro con todos los artistas, porque si no, al final, cada uno está en su taller y no nos vemos demasiado».

¿Qué encontrará el que entre a alguno de los Tallers Oberts?

«Al artista trabajando. Y, seguramente, también podrá ver cosas que el artista acostumbra a tener medio escondidas. Es un fin de semana perfecto para entrar en los talleres y chismorrear, porque nosotros no acostumbramos a estar abiertos, como las tiendas. En definitiva, encontrarán al artista, su obra y sus secretos. También habrá artistas invitados, creadores que no tienen taller en la Part Alta pero a los que queremos ofrecer un pequeño escaparate».

¿Por qué las hacéis, estas jornadas?

«Para acercar el arte al ciudadano. Queremos hacer pedagogía, explicar que los artistas no estamos sólo en las galerías de arte o en los circuitos oficiales. También tenemos nuestros espacios íntimos. Pensamos que iniciativas como esta nos acercan a la sociedad. Y también que esta misma sociedad necesita entrar en estos espacios de creación, porque de esta manera puede ver cosas como los procesos creativos, esbozos de las obras finales, pruebas de artista, borradores, ideas futuras... Nuestros talleres son como pequeños nidos de cultura».

¿Piensas que, como sociedad, estamos alejados del arte y de la creación artística?

«Sí, mucho, aunque a nosotros nos cuesta verlo, porque nos movemos en nuestro círculo de artistas. Hay, sobre todo, una gran desafección con el arte contemporáneo. Hay que hacer mucha pedagogía, porque en el arte contemporáneo la contemplación no se hace a través de la perfección técnica. Hay técnica, por descontado, pero más allá de los cánones de representación, el arte contemporáneo hace una lectura del presente, estableciendo diálogos con el ciudadano, la sociedad y sus conflictos, ya sean cuestiones de género, bélicas, éticas, etc.

En los Tallers Oberts también vendéis obras. Queréis reivindicar que el arte es más que una contribución que los artistas hacéis al mundo.

«Sí, queremos que la gente compre arte y entienda el valor que tiene, y que es una inversión. Pienso que, si alguien quiere una obra, lo tiene que escoger con criterio y buen gusto, no apostar por productos sin valor, poco éticos o feos».

Este año los Tallers Oberts coinciden con las Fiestas del Roser.

«Es la primera vez que lo hacemos en estas fechas, siempre eran antes de Santa Tecla, pero este año coincidimos con las fiestas porque queremos hacer barrio, y porque pensamos que habrá un efecto llamada».

¿Qué tiene, la Part Alta, que concentra tantos talleres de artistas?

«Es un lugar bucólico. Yo he vivido y creado en otras partes de la ciudad, pero aquí encima de todo es más bonito. Tienes todo el mundo a tocar, y haces mucho barrio. Hay vidilla, sería como el Gótico de Barcelona, pero sin el turismo ni los narcopisos. Tenemos la suerte de que en Tarragona todavía está muy controlado. Después, también pasa que gente llama gente, e historia llama historia. En la Part Alta hay mucha historia, arquitectura, pintura... Y, por lo tanto, es un espacio agradable para el artista. Tenemos muchas humedades, pero preferimos combatirlas y quedarnos aquí».

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