Medio Ambiente
Piden cuantificar las emisiones de los cruceros en Tarragona
Stop Creuers lo reclamó ayer después de que se presentara un informe sobre su impacto medioambiental
El Centro de Estudios de Derecho Ambiental de Tarragona (CEDAT) ha elaborado un informe técnico que identifica los efectos medioambientales, humanos y sociales provocados por los cruceros, titulado El impacto de los cruceros en los océanos: crisis climática y vulneración de derecho. Ayer, se presentó este documento a la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Rovira Virgili, donde se produjo un interesante debate sobre como afecta a la actividad de los cruceros en Tarragona, en un contexto más local. Stop Creuers-Veïnat por el decrecimiento turístico aprovechó para criticar la falta de estudios y de datos sobre la contaminación causada por los cruceros en la ciudad y reclamar una cuantificación de las emisiones generadas por estos grandes barcos.
La plataforma también planteó otras cuestiones como el agua que suministra el Port de Tarragona a los cruceros. Señalaban que, según un artículo de Porta Enrere, se proveyeron 11 millones de litros en el 2023. Con respecto a eso, cuestionaban a qué precio se cobra el agua. Sin embargo, preguntaban dónde se destina el dinero que se recauda con los buses que transportan a los cruceristas del puerto en el centro de la ciudad y viceversa.
Los impactos negativos
El informe del CEDAT, elaborado por Marta Abegón, Carmen Montero y Alexandre Moreno, concluye que «la industria de los cruceros es extremadamente contaminante, ya que la mayoría de actividades ordinarias que se realizan acaban incidiendo en el medio marino». En este sentido, se señala que todas las funcionalidades que se ofrecen en los cruceristas, así como la maquinaria del mismo barco, «generan residuos, afectan a los peces y los mamíferos acuáticos y perjudican la vida de las plantas». El estudio recoge una parte del último informe de Transport and Environment, en el cual se destaca que el año 2022 los cruceros en Europa emitieron más óxidos de carbono que un billón de coches. Es decir, contaminaron 4,4 veces más que todos los turismos del continente.
«El principal reto que presentan los cruceros es la gestión de los residuos que generan», apunta el documento del CEDAT, haciendo énfasis en el hecho de que «una buena parte de las aguas residuales se acaban derramando en el mar cuando la normativa no lo permite». También se remarca la necesidad de solucionar un «problema grave» como el vertido de hidrocarburos y de aceites. «El transporte marítimo y el sector de los cruceros en particular son una fuente importante de contaminación atmosférica y contribuyen a la liberación de un importante volumen de GEH responsables del cambio climático», dice el informe.
Sin embargo, se indica que en los últimos años se han adoptado varias medidas desde la Unión Europea y la Organización Marítima Internacional, «y algunas son realmente ambiciosas, sin embargo, visto su breve recorrido, habrá que esperar un tiempo todavía para poder confirmar su afectividad». Sin embargo, algunos estudios afirman que la normativa actual «no es lo bastante estricta».
El estudio también habla sobre el impacto negativo de que sufren a las personas trabajadoras del sector y, además, concluye que el principal impacto social está relacionado con la masificación turística en general: «El desembarque de miles de cruceristas provoca serios problemas de movilidad y uso de la infraestructura urbana a los habitantes de la ciudad». Stop Creuers lo ejemplarizaba con las molestias ocasionadas por los buses en la Vía Augusta o el «colapso del espacio público» a varias zonas de la Parte Alta.