Diari Més

Jardinería

Mas de 80 bonsais se exponen en el Refugio 1 del Muelle de Tarragona

La Coordinadora de Entidades Catalanas de Bonsai alerta de que la democratización de la afición choca con la debilitación de las asociaciones que se dedican

Un home cuida un bonsai en un taller impartit a la 25a Trobada de Bonsais de Tarragona

Un hombre cuida un bonsai en un taller impartido al 25.º Encuentro de Bonsais de TarragonaACN

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La democratización de la afición de los bonsais choca con la debilitación de las asociaciones que se dedican. Es el grito de alerta que hace la Coordinadora de Entidades Catalanas de Bonsai en el marco del 25.º encuentro de la entidad y la exposición de bonsais a Tarragona. 

Aunque el relevo generacional también es costoso, el presidente de la coordinadora, Carlos Gambero, apunta a la dificultad para alejarse del individualismo como uno de los principales retos de futuro. «Trabajar con otra gente está bien porque yo puedo tener una visión de un árbol, tú puedes tener otra y entre todos podemos hacer una pieza única», ha ejemplarizado Gambero. Hasta este domingo se exponen cerca de noventa ejemplares de tamaños y especies diferentes al Refugio 1 del Muelle de Tarragona.

«El mundo occidental piensa que el tiempo va a su contra, cuando en realidad va a favor nuestro, también con respecto a los bonsais». Es una de las reflexiones que el especialista en bonsais Nacho Salar ha compartido este fin de semana en el marco del 25.º Encuentro de la Coordinadora de Entidades Catalanas de Bonsais que se celebra en Tarragona. La propuesta reúne durante todo el fin de semana aficionados de este ámbito de todo el país que visitan el mercadillo de profesionales, la exposición de ejemplares y los talleres abiertos a todos los públicos.

En un momento en que las asociaciones catalanas sufren por el relevo generacional, la coordinadora alerta del aumento del individualismo en este 'hobby' y la pérdida de influencia de la entidad. El reto principal que tienen es precisamente volver a cerrar filas y con esta voluntad, su presidente Carlos Gambero reivindica la colectividad a la hora de aprender y disfrutar del cuidado de estos árboles.

«Cuando se hacen exposiciones, se intenta atraer aficionados a las pequeñas asociaciones, para tener peso a escala catalana», ha subrayado a la ACN. Para conseguirlo, optan por cuidar y enseñar especies propias del país, como olivos u olmos.

La dificultad para encontrar miembros jóvenes también la sufre la Asociación Bonsai Tarragona, que cuenta con unos noventa socios. Actualmente, el 80% son hombres, con una media de edad de 65 años. «Aunque hay más facilidad para aprender gracias a las nuevas tecnologías, la juventud no está para estas cosas», ha lamentado al vicepresidente de la entidad tarraconense, Francesc Giner. «La sociedad, el ritmo que llevamos no es lo mismo que antes, todo evoluciona muchísimo y va muy rápido, y el bonsai es muy lento», ha sentenciado.

Más de 80 bonsais expuestos

A pesar de todo, los aficionados aseguran que el cuidado de este tipo de árboles es «un vicio» que les aporta mucha «relajación». Ante la idea errónea que un bonsai requiere mucho conocimiento y dedicar tiempo libre, Giner defiende que no comporta más trabajo que otras especies, si bien requiere compromiso. «El bonsai no te permite medias tintas, o estás de lleno o fracasas. No hace falta mucho tiempo, pero sí tres minutos al día para regarlos, mirarlos, si hace viento abrigarlos o si hace frío guardarlos en lugar seguro», ha indicado.

Aunque la tradición japonesa recomienda que cada persona tenga un máximo de 25 ejemplares, en Tarragona reconocen que hay socios que superan los 300. Durante este fin de semana, en el Refugio 1 del Muelle del Port se pueden ver más de 80 ejemplares, divididos por tamaños y categorías. Este año predominan los pequeños, de hasta 30 centímetros de altura, con una cincuentena de modelos.

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