DANA
Los aguaceros sacuden l'Arrabassada y los barrios marítimos con inundaciones y daños materiales
El 112 registró 281 llamadas procedentes de la ciudad durante el episodio de lluvias intensas
El paso de la DANA por Tarragona durante la noche del domingo y la madrugada del lunes dejó afectaciones en varias zonas de la ciudad. De hecho, el 112 registró 281 llamadas procedentes del municipio durante el episodio de lluvias. Una de las zonas castigadas por el temporal fue la Vall de l'Arrabassada, donde el desbordamiento de la riera de la Budellera provocó inundaciones en el barrio, afectando especialmente la calle Josep Fuster y Josep Clarà de Vall.
Además el agua entró en varios parkings de la zona, dejándolos anegados. La tormenta también causó la caída de algunos árboles de la zona, pero afortunadamente no produjo daños en viviendas ni locales comerciales.
«Estamos rodeados por dos barrancos y pasa lo mismo cada vez que llueve. Siempre pedimos la limpieza del cauce para evitar que se repitan situaciones como esta, pero parece que no nos escuchan», lamentaba Josep Maria Bertrán, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Llevant.
«A pesar del susto podemos estar agradecidos de que la situación no ha sido tan grave como la vivida durante 2022. Entonces la lluvia levantó el pavimento y arrastró los coches que se encontraban estacionados en la calle», añadía Bertran, haciendo referencia al aguacero que cayó sobre la ciudad durante la diada de Santa Tecla.
«Parecía que no llovería demasiado, pero de repente en torno a medianoche empezó a diluviar. Cuando miré por la ventana minutos después la calle parecía una riera», explicaba Silvia Sánchez, vecina del barrio. Su parking, como muchos otros, quedó inundado. «Los Bomberos han llegado a las 7 h y no se han marchado hasta al mediodía. La Brigada Municipal también ha estado ajetreada toda la mañana limpiando la zona, que ha quedado llena de barro», apuntaba Sánchez.
El río Francolí, en alerta
Las fuertes lluvias también trajeron a Tarragona una imagen poco habitual, y es que el río Francolí pasaba por la ciudad con el cauce a rebosar. Ante la situación, la Agencia Catalana del Agua emitió un aviso de riesgo hidrológico, motivo por el que la Guardia Urbana de Tarragona, en colaboración con Protección Civil, cortó los accesos al río. A pesar de la impactante crecida del caudal, que ocupaba gran parte de los márgenes, los vecinos de Parc Francolí mantuvieron la calma.
«Es verdad que impresiona un poco, pero el río tendría que crecer mucho más para llegar a afectar a las viviendas», explicaba Jordi Miguel, presidente de la Asociación de Vecinos de Parc Francolí. «Afortunadamente, la zona no se ha visto muy afectada. Lo más grave ha sido la inundación del ParcFluvial y levantarse con las calles llenas de barro, pero eso ya es ‘típico’», apuntaba.
Los barrios de Ponent también se vieron afectados por los aguaceros, pero tampoco provocaron daños graves. «La parte baja de Bonavista y la rambla de Ponent son zonas que siempre se inundan, pero somos afortunados de poder decir que lo peor han sido un par de árboles caídos y carreteras enfangadas», expresaba Alfonso López, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Tarragona. «Creo que el hecho de que los aguaceros cayeran durante la noche ha evitado muchos problemas, porque no había casi circulación», explicaba.
Una noche ‘angustiante’
En el Serrallo, en cambio, la noche no fue tan tranquila. El barrio marítimo quedó momentáneamente inundado, y el agua llegó a entrar en algunos pisos bajos. «Pensaba que sería mucho peor», admitía Sisco Cobo, presidente de la Asociación de Vecinos del Serrallo.
«Somos conscientes de que vivimos en la zona más baja de la ciudad, por eso estamos preparados para hacer frente a la situación», afirmaba. «Ha sido una noche muy angustiante. Los vídeos que nos enviaban otros vecinos, eran escalofriantes, cuando llueve tanto los accesos al barrio se inundan y quedamos completamente aislados. Además se marchó la luz varias veces», relataba Kiko Dalmau, vecino del barrio.
Los vecinos de Part Baixa tampoco vivieron una noche agradable. Algunos bajaban a los garajes para sacar sus coches. Otros colocaban barreras en los portales de los edificios como medida de autoprotección. «Han funcionado», señalaba Jorge Lustres, impulsor de la plataforma Afectados por las inundaciones en los barrios marítimos. Eso sí, no fue suficiente para evitar daños materiales. Como siempre, el cruce entre calles Smith i Castaños fue el punto más crítico.
Lustres calculaba que unos 20 coches que estaban aparcados en la calle han sufrido afectaciones: También remarcaba las consecuencias emocionales. «Los niños han pasado mala noche y entre los vecinos se respira más tensión que en las últimas inundaciones», señalaba Lustres, quien cree que «los hechos ocurridos en Valencia han hecho que la gente esté más sensible».
Además, la gente reclama desde hace décadas una solución a las inundaciones en la Part Baixa «para dejar de vivir mirando al cielo». «El nuevo colector ayudará, pero todavía tardará en llegar. Queremos que sea inmediato, pero sabemos que un proyecto así necesita su tiempo», decía Lustres.