Presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona
Economía
Santiago Castellà: «El Port tiene que ser el espacio donde los grandes proyectos de futuro del territorio se construyan y sean consensuados»
Castellà asume la presidencia del Port con la voluntad de convertirlo en el punto de encuentro donde el territorio debata y decida cómo afronta transformaciones como la transición energética, la reindustrialización o la descarbonización
Generar consenso territorial, promover el talento femenino y hacer crecer el Port, en tráficos y posicionamiento. Estos los ejes que centrarán el mandato de Santiago Castellà como presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona. Y todo sin olvidar la visión sostenible. «Queremos un puerto verde para una economía azul», asegura el nuevo presidente, marcando claramente cuál será su filosofía. Escuchar el territorio y convertirse en un espacio que articule algunas de las grandes transformaciones de futuro, cómo la descarbonización o la reindustrialización será la base de esta nueva etapa, pero, a la vez, Castellà también apuesta por mirar afuera e impulsar la internacionalización del Port como herramienta para reforzar el papel del Port no sólo en el Estado, sino en el conjunto de Europa.
—¿Cómo encara esta nueva etapa?
—Con mucha ilusión. En general, me apasiono por todo aquello que hago. Y ya he podido constatar que el mundo portuario engancha. A medida que lo vas conociendo, te vas apasionando del Port y de su gente. Vengo de una experiencia muy intensa como Subdelegado del Gobierno; una etapa donde principalmente me he dedicado a construir territorio. Y ahora, veo esta etapa al frente del Port como la continuidad lógica del trabajo que había emprendido.
—¿En qué aspectos pondrá el acento?
—Vivimos un momento político muy interesante, donde se podrán hacer muchas cosas. La filosofía transversal de Salvador Illa permite que no sólo el gobierno, sino el país se ponga a trabajar. Venimos de una etapa de mucha parálisis. Hace casi 10 años que se han ido dejando de hacer muchas cosas. Ahora nos toca tomar decisiones y trabajar con una visión amplia. El Port es la institución idónea para generar consenso en el territorio, porque está implicado en muchos de los proyectos de futuro del territorio. El Port no tiene que ir por libre, condicionando el territorio, sino que puede ser el espacio donde los grandes proyectos de futuro se construyan y sean consensuados.
—¿Qué tipo de proyectos?
—Desde el hidrógeno verde al modelo turístico pasando por la reindustrialización del territorio. Este último es un tema básico. Tienen que llegar industrias generadoras de trabajo y de valor añadido. El Port, con su Zona de Actividades Logísticas, tiene que ser clave en eso. La descarbonización también nos implica de lleno. Por una parte, porque tenemos que electrificar el Port, pero también porque tenemos que ser un motor de la transición energética. Y con respecto al hidrógeno verde, tenemos que tener en cuenta que estaremos al lado de la autopista del hidrógeno que lo hará llegar hasta Marsella, eso nos permitirá crear una economía muy interesante, que incluya su producción, pero también su investigación.
—Mencionaba la ZAL. ¿Hay novedades sobre su comercialización?
—Hay un trabajo muy intenso con ACCIÓ, de la Generalitat, y con otros actores. Ahora incorporaremos Casa Asia, para que también nos pueda ayudar a encontrar las mejores instalaciones industriales posibles.
—Primero se planteó que la ZAL acogiera una gran implantación industrial, después se consideró que era mejor implantaciones más pequeñas. ¿Cuál es su opinión?
—Estamos abiertos a diferentes escenarios. Tendremos que aprovechar las oportunidades que lleguen. Ahora bien, lo que hay que tener claro es que si la instalación industrial que se acabe poniendo no está muy vinculada con la actividad portuaria, lo tendremos que compensar con otros terrenos. La función del Port no es ofrecer suelo industrial, a no ser que haya un retorno en tráficos.
—¿La Laboral sería uno de los terrenos compensables?
—Sí. Tendríamos que estudiar si los terrenos de la Laboral nos permitirían llevar a cabo las actividades que necesitamos hacer. Hace falta analizarlo y ver su precio de compra. Además, tendríamos que llegar a un acuerdo con Generalitat y el Ayuntamiento, para su traslado. Se ha hablado mucho de reubicarla en Campclar, pero hay que ver las condiciones en las que eso se podría hacer. La opinión del Ayuntamiento de Tarragona para nosotros será importantísima, porque el diseño futuro de la ciudad lo tiene que hacer el Ayuntamiento. Ganar espacio con los terrenos de la Laboral no es una opción fácil. Además, no es la única posible. Hay otros terrenos que también se podrían estudiar.
—Otra cuestión que también requerirá consenso es el movimiento de mercancías por ferrocarril. ¿Cómo avanzan los estudios para reorientar su salida del Port?
—Tenemos en estudio el proyecto que tiene que permitir que el ferrocarril deje de pasar por el medio del Serrallo. Esta es una decisión firme. La propuesta de que hizo la ingeniería INECO, junto con los técnicos del Port, plantea construir un puente paralelo al puente móvil, que tendría continuidad con otro puente sobre el Francolí. Es un proyecto muy sólido. Ahora se está elaborando el estudio informativo que nos indicará todos los elementos técnicos de esta propuesta y, a partir de aquí, podremos tomar decisiones.
—Esta sería la primera fase. ¿Y las siguientes?
—Tendremos que estudiar la salida de mercancías de la ZAL y encontrar, entre Vila-seca y Tarragona, las posibilidades para poder ordenar todos estos tráficos. Es complejo. Ahora bien, si la voluntad del territorio es tener un Port potente y vinculado a la industria, tenemos que aceptar que eso comporta un movimiento de mercancías. Además, tenemos que hacer un proceso creciente de salida por ferrocarril. No nos podremos descarbonizar si seguimos sacando las mercancías por camión. Partiendo de todos estos elementos, buscaremos las opciones que sean posibles, pero son difíciles y pocas.
—¿Las mercancías tienen que salir por el interior?
—Sí. Damos pleno apoyo a reconvertir la línea Reus-Roda en una nueva línea de mercancías por el interior. Es necesaria, tenemos que acelerarla y que llegue lo antes posible. La línea de costa tiene que quedar principalmente para pasajeros. El esfuerzo inversor que se está haciendo para renovarla aprovechando los trabajos del tercer hilo hará que las incidencias disminuyan mucho y los pasajeros tendremos una línea viable. Ahora bien, actualmente, esta línea ya está colapsada, y si le sumamos los objetivos del transporte de mercancías por ferrocarril, la línea del interior se convierte en una urgencia. Hace falta un rápido consenso territorial y que todos pedimos al Ministerio, de manera inmediata que empiecen las obras.
—Municipios afectados, como Perafort, el Morell, la Secuita o Rueda, mostraron su preocupación por la recuperación de esta línea.
—Transmitieron que querían conocer con más detalle el estudio elaborado. Obviamente, en la decisión del trazado, los pueblos por donde pasa la línea tienen que tener voz y decisión. Lo que es seguro es que el trazado pasará por los pueblos de la química, porque no podemos sacar mercancías químicas sin pasar por ellos. Tendremos que encontrar en cada lugar las mejores soluciones. Pero también tendremos que saber encontrar el consenso, y eso significa negociar y ceder. Ahora bien, me parece que todos los alcaldes y alcaldesas entienden que es más importante tener la línea Reus-Roda a corto plazo, que no generar un gran debate que lo acabe haciendo imposible.
—¿Cuál es la previsión de finalización de la terminal intermodal de Guadalajara?
—Se está trabajando muy activamente. Se están construyendo las vías internas y una vez queden terminadas, ya encararemos la recta final. Prevemos que en junio del próximo año la terminal esté finalizada. Para nosotros, tiene una importancia estratégica altísima, porque nos dará un posicionamiento estratégico tanto en el Corredor de Henares como en el Mediterráneo, muy, muy potente.
—¿Cómo se gestionará la terminal una vez se ponga en marcha?
—El modelo de gestión todavía se tiene que definir. Lo haremos durante el año próximo. Tenemos que ver el posicionamiento del conjunto del sistema portuario español y qué oportunidades tenemos, pero siempre siendo protagonistas de esta gestión. Una opción es crear una empresa coparticipada por varios actores. También podemos encontrar sinergias con otros puertos. Hay muchas posibilidades y ahora las estudiaremos para encontrar el modelo de alianzas que puede ser más estratégico por el Port.
—¿Ya han empezado los trabajos de electrificación del muelle de Balears?
—Sí, ya están en marcha. Los trabajos que estamos haciendo afectan a la terminal de cruceros. En los próximos cuatro años, haremos una inversión de 16 millones de euros, que también incluye la electrificación de las tenazas de Andalusia y Cantàbria. Esta apuesta es la expresión de una voluntad muy clara de Puertos del Estado, Generalitat y del Port de Tarragona para hacer que la sostenibilidad no sea un elemento más, sino que cale toda la actividad portuaria.
—Continuando con el muelle de Balears. ¿Tienen ya un calendario para su ampliación?
—La ampliación del Port tiene dos líneas: la ampliación de Balears y el contradique de Ponent. Con respecto a Balears, tenemos un trabajo de consultoría en marcha para estudiar las posibilidades de la eólica marina flotante y poder ser uno de los puertos donde se construyan estos molinos. Como Port estamos muy bien posicionados geográficamente, pero tenemos que ver si las cifras nos dicen que este tipo de operación puede funcionar.
—Hay otros puertos que también se está postulando para atraer los proyectos de construcción de los aerogeneradores flotantes. ¿Qué posicionamiento tiene Tarragona?
—Cómo decía, geográficamente estamos muy bien posicionados y nuestro papel en el Mediterráneo nos da una ventaja competitiva. Además, tendremos espacios para poder acoger esta actividad. Ahora, tenemos que estudiar como se moverá el mercado, qué necesidades habrá y si irá a más. Y a partir de aquí, tomaremos decisiones que serán muy estratégicas.
—Mencionaba el contradique de Ponent. ¿Cómo avanza su tramitación?
—En los próximos seis meses tendremos la Declaración de Impacto Ambiental, que nos dará las claves necesarias para sacar adelante el proyecto. La voluntad de hacer el contradique es total, porque es el cierre del Port. Nos dará mucha fiabilidad y al mismo tiempo supondrá la posibilidad de atraer actividades nuevas. Es una gran oportunidad.
—Estaban pendientes de recibir 27 millones de los fondos CEF para el contradique. ¿Los han obtenido?
—En junio, recibimos la resolución que no se habían otorgado. Estuvimos a punto, pero en la evaluación, la parte que salía menos fuerte era la madurez del proyecto. Ahora bien, seguro que encontraremos financiación, porque es una obra estratégica y necesaria no sólo para Tarragona, sino para toda Europa. Hace dos semanas estuve en Bruselas y ya tuvimos primeras conversaciones. Haremos una presentación del Port y de sus potencialidades con la representación española y la delegación de la Generalitat en la Unión Europea y con la dirección general de la Comisión. Cuanto más se conozcan nuestros proyectos, mejor nos valorarán. Por lo tanto, iniciamos una tarea de diplomacia de prestigio del Port.
—¿Cómo avanzan los trabajos en los Prats d'Albinyana?
—Ahora mismo, se están eliminando las especies invasoras y se está preservando la fauna que se está encontrando. Se traslada en viveros, para reintroducirla después. Se está haciendo una exploración del territorio, como trabajo previo antes de que entren las máquinas, con la idea de que los trabajos sean lo menos agresivos posible. Los expertos han podido constatar que ha habido una importante regeneración espontánea, a causa de todos los años sin presencia humana. Se han encontrado poblaciones de serpientes, de víbrias e, incluso, especies que no se sospechaba que estaban como un tipo de mariposa. Recuperar espacios naturales y garantizar la biodiversidad es una línea interesante que no se acaba en los Prats d'Albinyana.
—¿Hay otros proyectos?
—Sí, hay uno en los Horts del Vinyet, en la desembocadura del Gaià, y otro proyecto en la desembocadura del Francolí. Además, tenemos proyectos de biotopos y la creación de la anilla azul, que permitirá regenerar la biodiversidad marina, cosa que será una garantía para la actividad pesquera, pero que a la vez nos permitiría compensar emisiones de CO2. Tenemos que estudiar sus posibilidades, porque hay un gran espacio a recorrer. Lo que tenemos claro es que queremos un puerto verde para una economía azul.
—A todos estos proyectos se le tiene que sumar el Parque del Port.
—Exacto. Es una propuesta muy interesante, que, además, no se acaba con el Parque propiamente, sino que tendrá una segunda fase con la conexión con la ciudad y la remodelación de la plaza de los Carros. Aquí, lo importante será romper la barrera que hay actualmente para llegar al Port. Además, hará falta estudiar la salida de aguas de esta zona y tomar medidas para evitar inundaciones.
—Hablaron de la plaza de los Carros ayer en la Mesa de Trabajo Ayuntamiento - Port?
—Sí, fue uno de los temas que se trataron, pero no lo único. Hablamos de la regeneración de la Parte Baja, del Valle del Hidrógeno, de encontrar soluciones comunes para paliar la proliferación de palomas. Tanto el Ayuntamiento como nosotros llevábamos una lista de temas que requieren consenso y cooperación. A partir de estos temas, hemos creado cinco grandes grupos de trabajo, que son Transición Ecológica, Medio Ambiente, Urbanismo, Infraestructures y Port-ciudad. Haremos reuniones periódicas que nos permitirán encontrar soluciones técnicas para que todos los temas se resuelvan cuanto antes mejor. Poner en marcha esta relación de trabajo conjunta era absolutamente necesario.
—¿Qué previsión de cierre hacen para el 2024, con respecto a tráficos?
—Será un año bueno, nos moveremos entre los 31 y 32 millones de toneladas. El agroalimentario ha funcionado mucho mejor de lo que pensábamos. Es un tráfico muy aleatorio, que depende mucho de las condiciones climáticas y de la necesidad de más o menos grano. Aunque este año se ha producido bastante producto nacional, las importaciones han funcionado muy bien. También lo han hecho los líquidos, sobre todo los químicos, que han duplicado cifras, porque Tarragona ha tenido una función de hub, siendo la puerta de entrada para otros polos químicos, más allá del nuestro.
—El carbón ha experimentado una caída notoria.
—Efectivamente, del 57%, pero eso quiere decir que nos estamos encaminando hacia la descarbonización. Además, se ha compensado con la llegada de mineral de hierro, que es un tráfico nuevo en nuestras tenazas. La actividad comercial del puerto es intensa y está siempre atenta a nuevas oportunidades, aquí hemos encontrado una línea que puede ser muy sólida en los próximos años.
—Explicaba en la toma de posesión que quiere poner el acento es la apuesta por el talento femenino en el entorno portuario. ¿Cómo?
—Primero, daremos mucha importancia a tratar el tema. Eso comportará hacer un seguimiento muy exhaustivo del Plan de Igualdad y de todas las acciones que se pueden hacer para avanzar en esta línea. En el mundo portuario, la equiparación de la mujer ha sido un poco más lenta, pero no nos podemos permitir perder el talento femenino, porque incorporarlo comporta una mirada más humana y vivencial. No nos tenemos que mirar el Port sólo desde el prisma de la eficiencia económica, sino que tenemos que incorporar la idea de eficiencia social y ambiental que habitualmente va asociada a la incorporación del talento femenino. Por otra parte, planteamos con el Comité de Solidaridad prestar una especial atención a la violencia machista. Estudiaremos con las entidades la posibilidad de establecer algún punto lila o mecanismos protocolizados para promover una actuación rápida.
—El próximo año se recuperarán los Tinglados 3 y 4. ¿Qué se hará?
—Port-Ciudad tiene que ser un espacio mucho ciudadano, donde la gente venga a hacer deporte, a pasear, pero también a disfrutar de la cultura. Por eso, queremos aprovechar la recuperación de estos espacios para reorientarlos y programar actividades culturales de alto nivel vinculadas al arte moderno. Queremos traer exposiciones potentes y entrar en la oferta cultural de calidad del territorio. Me gustaría que de cara a 2026 ya pudiéramos acoger alguna exposición de referencia.