Coordinadora del PASS
Sociedad
Antònia Garcia: «No hay bastantes recursos residenciales para personas vulnerables»
La coordinadora del PASS señala que la Agència de l'Habitatge «se tiene que poner las pilas» para poder aumentar la oferta
¿Por qué el sinhogarismo tiende al alza?
«Sobre todo es un problema de vivienda. No hay bastantes recursos para personas en situación de vulnerabilidad. Hay personas que cobran una pensión de jubilación mínima o la Renta garantizada de ciudadanía (RGC) que no pueden pagarse un alquiler. También se suma que hay entre 200 y 300 desahucios al año en Tarragona».
¿Cuál es el perfil habitual de la persona sin hogar?
«Acostumbran a ser hombres. Hay mujeres, pero intentan no estar tan visibles. Ellas son mucho más vulnerables cuando están en la calle porque pueden sufrir cualquier tipo de violencia. También se ha incrementado el número de jóvenes».
¿Cuesta captar voluntarios para los recuentos?
«Sí, cada vez más. La primera vez que lo hicimos, tuvimos unos 150 voluntarios. Este año han venido poco más de 70, aunque ha habido muchas caras nuevas. Tenemos que dar una motivación a la gente y, quizás, hacer el llamamiento con más tiempo de antelación».
Hasta ahora, el recuento se había hecho cada dos años. ¿Por qué pasará a ser anual?
«Porque es importante tener un dato realmente actualizado con el que trabajar a nivel de recursos, sobre todo residenciales. Creo que lo mínimo es hacerlo cada año».
¿Cuándo se creó el Punto de Atención a Personas sin Techo (PASS)?
«Hace más de veinte años. Se empezó con dos integradores sociales y gracias, precisamente, a los datos que recogemos, se han ido ampliando muchísimo los recursos en relación con la atención a personas sin techo».
¿Cuántos profesionales tiene actualmente en el PASS?
«Hay dos trabajadores sociales y un educador para trabajar con adultos. También tenemos siete educadores sociales para trabajar con jóvenes en situación de calle, porque no queremos que se cronifiquen. Desde el PASS prestamos una atención integral. Intentamos dar respuesta a prácticamente todas las problemáticas que tiene la persona, no hay límite excepto en el alojamiento».
Poder tener un lugar donde alojarse es clave para el proceso de transición...
«Que estén en un piso te da una posibilidad muy grande para trabajar de forma integral con ellos, que no tienes cuando están en la calle. Cuando una persona tiene sus necesidades básicas cubiertas, y no tiene que pensar si podrá comer o dónde tendrá que dormir, puedes trabajar otras cosas».
¿Cómo se asignan estos recursos residenciales?
«Tenemos una comisión de valoración y miramos qué puede hacer o qué necesita la persona que está en la calle y que hace una solicitud porque quiere un recurso habitacional. Pueden tener un perfil más adecuado para un piso de transición, que es para personas más independientes. En cambio, las personas que irán al edificio que pondremos en marcha en la calle del Mar necesitan una atención más diaria. El tiempo que están alojados también lo determina la comisión de valoración».
¿Se ha planteado crear un albergue municipal?
«Creo que siempre se ha planteado la posibilidad. No es tan importante que sea municipal, sino tener un recurso que aglutine todos los servicios. Uno de los problemas que tenemos en Tarragona es la dispersión. La cuestión es tener un recurso que sea, a la vez, un centro de día, un albergue, un comedor y también tenga el punto de atención para personas sin techo. Creo que sería un punto de inflexión para la ciudad».
¿Mientras tanto, incorporaréis otros recursos?
«Lo que se ha conseguido hasta ahora es muchísimo. El personal técnico del PASS se ha triplicado en ocho años. Seguro que en el futuro ofreceremos más pisos, pero quien también se tiene que poner las pilas es la Agència de l'Habitatge de Catalunya, porque, al final, Servicios Sociales está asumiendo una responsabilidad que no le corresponde».