Sociedad
La Congregació de la Sang de Tarragona celebra este viernes elecciones en un duelo entre Mullerat y Grau
Los congregantes escogerán entre una posición continuista y una renovadora
La Sang se encuentra dividida internamente desde hace meses.
Después de denuncias, suspensiones y polémicas, la Congregació de la Sang de Tarragona celebrará hoy las elecciones para escoger a un nuevo prefecto. Los congregantes escogerán entre Ramon Mullerat, partidario de la línea continuista del anterior prefecto, mosén Queraltó, y Maria Grau, que apuesta por una renovación en la congregación.
Los comicios se celebrarán con el censo actualizado, una de las cuestiones que generó polémica en el seno de la entidad. Alfred Ventosa ha sido el hombre encargado de esta función, ya que fue nombrado prefecto durante el proceso electoral por el propio arzobispo de Tarragona, Joan Planellas. El arzobispo nombró a Ventosa el pasado septiembre después de suspender los comicios que se tenían que celebrar en julio en la Sang.
Planellas, un día antes, emitió un decreto donde suspendía las elecciones por irregularidades en el censo, las denuncias recibidas en el Arzobispado de diferentes candidatos y los indicios de posibles errores en el procedimiento, el cual no se llevó a cabo con la transparencia correspondiente.
Ahora, con Ventosa al cargo, la congregación ha seguido los procedimientos de los estatutos para garantizar la transparencia, verificar y actualizar el censo electoral y velar por el correcto cumplimiento de los preceptos estatutarios en materia electoral.
Un año de conflicto
El conflicto se originó casi un año atrás, a raíz de la denuncia de falta de transparencia en la gestión de la congregación de mosén Queraltó por una parte de los congregantes. El cambio de propiedad de la iglesia de Natzaret, sede de la Sang, generó denuncias hacia Queraltó.
De hecho, el 10 de diciembre arrancará el juicio que tendrá que dirimir si se cometió o no falsificación documental a la hora de hacer el cambio de nombre de la sede canónica en el año 2018. La situación interna en la congregación fue duramente criticada por el arzobispo Planellas, quien afirmó que estropeaba los principios mismos del cristianismo y que no eran deseables. Queraltó ha declinado en diferentes ocasiones hacer declaraciones a este medio.