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Entrevista

Alejandro García Salmerón: «Cataluña es un punto caliente para los reptiles, vamos bien servidos»

García Salmerón es técnico de la Sociedad Catalana de Herpetologia y coautor de la ‘Guia de rèptils de Catalunya’ (Cossetània)

Alejandro García-Salmerón en una imagen reciente.Cedida

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Vuestra guía se presenta como un manual para conocer la biodiversidad herpetológica. Empezamos por aquí: ¿qué es la Herpetología?

«La raíz de la palabra hace referencia al estudio de los animales que se arrastran, que en la práctica son los anfibios y los reptiles. Aunque son dos grupos bastante diferentes, los estudiosos del uno, tradicionalmente también son expertos del otro y, por lo tanto, se estudian juntos».

¿Qué explicáis, en la guía?

«La biología, las costumbres, las amenazas y dónde se pueden encontrar los reptiles de Cataluña. Es una guía muy centrada en las personas que quieran aprender a identificarlas».

¿Cuántas especies tenemos, en nuestro país?

«En Cataluña hay 38 especies autóctonas y más de 20 especies introducidas, que o bien son invasoras, o bien son fruto de introducciones puntuales. Las liberaciones puntuales no tienen mucha importancia, porque son animales que, cuando hace mal tiempo no pueden prosperar, no se reproducen ni desplazan especies autóctonas. Las invasoras, en cambio, sí que lo hacen».

Ponme un ejemplo de especie invasora.

La tortuga de agua americana, que compite con las tortugas de agua autóctonas por los mejores lugares de soleamiento, que tiene una tasa de reproducción más elevada y un carácter bastante agresivo, depredando sobre los recién nacidos autóctonos y peleándose con los adultos. Además, trae enfermedades».

Entiendo que no han llegado solas. ¿Cómo han entrado?

«Las hemos traído nosotros, de manera intencionada o no. Es la típica tortuga que se vende en las tiendas de mascotas y que la gente, cuando se cansa, en lugar de llevarla a centros de recuperación, la liberan en estanques o balsas. Falta concienciarnos de que eso es un error».

¿38 especies de autóctonas es una buena cifra?

«Es bastante alta. En comparación con el resto de la península y Europa, Cataluña es un punto caliente. Tenemos tortugas, dragones de pared, lagartijas, lagartos, víboras, culebras... Vamos bien servidos».

Hay especies, sin embargo, que están amenazadas. ¿Cuáles son los factores que las ponen en peligro?

«Sobre todo, el más obvio: la destrucción y fragmentación del hábitat. Esto les afecta muchísimo. Después, la presencia de otras especies que las amenazan, como las colonias de gatos, que depredan sobre todo lagartijas, o las enfermedades emergentes. También los incendios forestales e, incluso, la estigmatización, que se da especialmente en el caso de los colobrots».

No obstante, los reptiles son un grupo muy valioso para nuestros ecosistemas.

«Su valor, como pasa con otros grupos taxonómicos, es que son clave en la red trófica. Hay especies que son alimento de otros, y al revés. Las serpientes, por ejemplo, son excelentes controladoras de plagas. Pasa igual con lagartijas y dragones. Estos últimos ejercen un control poblacional sobre los mosquitos y otros insectos increíble.

¿Se está actuando para protegerlos?

«Sí, hay en marcha varios proyectos de conservación, sobre todo de las especies que están en el catálogo de fauna amenazada de Cataluña. Pero siempre se puede hacer más».

En vuestra guía ofrecéis consejos para observarlos. ¿Cómo lo tenemos que hacer, para encontrarlos?

«El consejo más importante es tener paciencia. Pasa poco de que salgas a buscar serpientes y encuentres. En todo caso, te las podrás cruzar por el camino, sin querer. El mejor consejo es buscar en zonas ecotonales, de mosaico, en los márgenes entre zonas abiertas. Los reptiles, por su disposición esquelética y por sus pulmones un poco rudimentarios, no pueden correr y al mismo tiempo respirar. En campo abierto, tienen las de perder y, por lo tanto, siempre los encontraremos cerca de un refugio donde se puedan esconder rápidamente si perciben una amenaza. Los podemos buscar en la base de matorrales, bajo piedras, en muros de piedra seca, etc».

En todo caso, va bien saber que, en Cataluña, no hay ninguna especie que sea mortal.

«No, y tampoco ninguna peligrosa. Las víboras son venenosas y si nos muerden tenemos que ir al hospital, pero allí nos tratarán y no acostumbra a pasar nada».

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