Entrevista
Manolo García: «Todo mi arte tiene un fondo crítico, no me sale de otra manera y no pienso cambiar»
El cantante llevará la gira ‘Cero Emisiones Contaminantes Desde Ya’ a la Tarraco Arena este sábado
El concierto de este sábado será el penúltimo de la gira. ¿Está preparado para cerrar esta etapa?
«A mí me gustan muchísimo los escenarios, me lo paso pipa y creo que se nota, pero es como eso que dicen, ‘es mejor que te echen de menos a que te echen de más’. Evidentemente, los finales siempre llegan acompañados de cierta nostalgia, pero también con ganas de mirar adelante y sobre todo aprovechar esta pausa para volver a componer, que me apetece mucho».
El concierto estaba programado para el 1 de noviembre, pero finalmente decidió aplazarlo por respeto a las víctimas de la DANA.
«Fueron unos días terribles y no era momento de celebrar ni hacer fiesta, aplazar los conciertos era lo más lógico. A pesar de este cambio de fecha me hace mucha ilusión poder visitar Tarragona. Es una ciudad con la que tengo un vínculo especial, porque tiene una historia que me fascina, especialmente por su pasado romano. Tiene un encanto especial y se aleja mucho del trasiego constante de Barcelona, que es mi casa y la adoro, pero es un auténtico disparate. También tengo un muy buen recuerdo del público tarraconense, y tengo muchas ganas de reencontrarme con él».
Parece que allí donde va encuentra a un público fiel. A pesar del paso del tiempo, las personas siguen conectando con sus canciones.
«Es muy emocionante. La música tiene este poder misterioso. Ver a tanta gente feliz, unida por la música, es un regalo de los dioses, que supongo que se apiadan de nosotros. Siempre digo que las canciones son como un bálsamo, una especie de luz que nos acompaña durante los momentos más difíciles».
¿Subir al escenario todavía conserva esta magia que describe?
«Y tanto. Lo disfruto todavía más porque soy más consciente de la suerte que tengo. Ahora estoy menos alocado, la explosión de energía juvenil ha ido quedando atrás hasta que lo único que permanece son las canciones. La fuerza física quizás disminuye, pero la posibilidad emocional se amplía. Ahora soy una persona sensible, sensible al arte, a la belleza, a la bondad humana. Durante unas horas las distracciones mundanas desaparecen y sólo queda la magia».
Parece que todavía conserva parte de esta energía juvenil. Durante su último concierto protagonizó un momento viral al tirarse al público.
«Hace muchos años que lo hago, pero la otra noche no acabó de salir del todo bien. Afortunadamente, nadie se hizo daño y se quedó en una anécdota. Durante una temporada lo hacía día sí día también. Algunas noches salía al escenario y ya me tiraba, antes de decir nada. Creo que es una manera simbólica de decir que todos somos iguales. Me gusta mezclarme con la gente, compartir esta energía, romper barreras».
Hace un mes publicó Títere con cabeza. ¿Qué le motivó a escribir este libro?
«Desde pequeño lo que más me apasiona es explicar historias, ya sea con mis canciones, pintando cuadros o a través de la literatura. El libro recopila relatos cortos que tocan temas diversos, desde momentos históricos hasta reflexiones personales, siempre con un fondo crítico. Bien, todo mi arte tiene este fondo crítico. No me sale de otra manera y no pienso cambiar. Es triste, porque durante los años 70 y 80 muchísima música compartía esta característica. Las canciones tenían discursos, letras reivindicativas. Ahora gran parte de la oferta musical está bastante vacía y frívola».