Sociedad
Mossèn Queraltó dimite como prefecto de la Congregación de la Sang de Tarragona
La renuncia llega después de los comicios y Planellas nombrará al sucesor esta semana
Queraltó y Planellas en el funeral de mosén Miquel Barbarà en Tarragona
Mossèn Queraltó ha decidido dar un paso al lado y dimitir como prefecto de la Congregación de la Sang de Tarragona. La renuncia llega en un momento señalado. Por una parte, se produce días después de las elecciones para escoger a un nuevo subprefecto en la congregación. Los comicios los ganó Maria Grau por un margen muy estrecho sobre Ramon Mullerat. Este último era el candidato más próximo en torno a Queraltó y quien defendía su gestión.
Por otra parte, la dimisión, que Queraltó comunicó al arzobispo de Tarragona, Joan Planellas el pasado miércoles, llega días antes del inicio del juicio por el cambio de nombre de la propiedad de la iglesia de Nazaret, la sede canónica de la Sang.
Un grupo de congregantes denunció Queraltó porque consideran que el cambio de nombre se hizo de forma ilegal y de espaldas a los miembros de la congregación. Este hecho provocó la dimisión de diferentes seglares de la junta directiva de la Sang y que gran parte de los congregantes pidiera ya en aquel momento la dimisión de Queraltó.
Sea como sea, ahora corresponde a Planellas nombrar a un nuevo prefecto para la congregación. Esta persona obligatoriamente tiene que ser un reverendo de Tarragona. Según indican fuentes del Arzobispado, este nombramiento se podría producir a principios de esta semana.
Nuevo estatuto, a punto
El arzobispo de Tarragona quiere ponerse a ello y terminar también antes de Navidad el nuevo estatuto que limitará la duración de los mandatos de los altos cargos de las congregaciones y entidades religiosas. Planellas considera que la duración máxima de estos cargos tiene que ser de cuatro años con una posible prórroga de cuatro más.
«Se quiere activar la redacción y la aprobación de estos nuevos estatutos el más bien posible», apuntan fuentes del Arzobispado. Planellas firmó un decreto en verano que hacía referencia a esta cuestión y los últimos meses las cofradías de Tarragona, Reus y Valls lo han estado estudiando.
«Se ha hecho de forma consensuada. La idea es que todo el mundo pueda decir la suya, que se acepte y que los estatutos marquen la línea a seguir para todo el mundo», añaden las citadas fuentes.
Periodo de adaptación
La regulación también se ejercerá en algunas entidades, más allá de las congregaciones. La voluntad del Arzobispado es dar un periodo de adaptación, de unos seis meses, a las diferentes asociaciones para regularizar la situación de sus altos cargos.
Precisamente, uno de los prefectos que tendría que abandonar obligatoriamente su cargo era Queraltó, que era prefecto de la Congregación de la Sang de Tarragona desde el 2015.