Investigación
Un estudio relaciona la resistencia a la insulina con el riesgo de desarrollar Alzheimer
Los resultados de este trabajo, liderado por el grupo de investigación Nutrición y Salud Metabólica de la URV, contribuyen a mejorar la predicción del Alzhéimer y a diseñar estrategias preventivas y terapéuticas
Un equipo investigador liderado por la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona ha identificado unas moléculas en la sangre que relacionan la resistencia en la insulina con un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, informa la URV.
«Hemos abierto una nueva vía en la investigación para la prevención y el tratamiento de esta enfermedad y su relación con enfermedades metabólicas como la obesidad», ha celebrado la investigadora del departamento de Bioquímica y Biotecnología de la URV, Mónica Bulló.
Para llevar a cabo el estudio, investigadores del grupo de Nutrición y Salud Metabólica (NuMeH) trabajaron con datos de 400 individuos con deterioro cognitivo leve, a los que hicieron un seguimiento durante cuatro años.
En este periodo, el deterioro de 142 de los individuos evolucionó hacia demencia de tipo enfermedad de Alzhéimer.
Los investigadores analizaron más de 600 metabolitos plasmáticos extraídos de la sangre de estas personas durante el seguimiento médico e identificaron un conjunto de 18 metabolitos ya asociados con la resistencia a la insulina.
«Que hayamos opuesto biomarcadores coincidentes en estas dos patologías abre la puerta a facilitar la identificación precoz del dolor del Alzhéimer en personas resistentes a la insulina, ya que la disfunción metabólica aparece antes que los síntomas cognitivos», explica Bulló.
Según el estudio, más allá de mejorar las herramientas de predicción del Alzhéimer, los métodos desarrollados en esta investigación perfeccionan los análisis de metabolitos en muestras de sangre, más accesibles que las de líquido cefalorraquídeo, que requieren una punción lumbar, un proceso más invasivo para el paciente.
«Comprender mejor la función que estas moléculas desarrollan en los estadios previos de la enfermedad puede ayudar, además, a diseñar nuevas estrategias preventivas y terapéuticas que ralenticen la progresión del Alzhéimer y mejoren la calidad de vida de los pacientes. Y también puede mejorar los tratamientos en patologías con metabolitos comunes, como la resistencia en la insulina, propia de pacientes con diabetes tipo 2 u obesidad», concluye el estudio.