Urbanismo
La promotora de la Arrabassada vende el último piso del barrio, iniciado en 1993
Promocionas José Luis ha cerrado la oficina de la Vall, un proyecto con 32 años de vida
Imagen de la plaza central del barrio de la Arrabassada, dibujado durante la década de los ochenta
La promotora de la Vall de l'Arrabassada, Promociones José Luis, vendió el pasado mes de diciembre el último piso del barrio. De esta manera, la empresa terminaba un proyecto que se inició formalmente el año 1993, pero que contaba con el proyecto de urbanización aprobado desde 1989.
Ahora, si hay compraventa de pisos se hará entre particulares, y José Luis García da por cerrado un proyecto que ha ocupado gran parte de su vida. «Construimos por fases y según las necesidades de la ciudad. Es un ejemplo de crecimiento urbanístico ordenado», manifiestan desde la promotora.
El 18 de diciembre de 1993, lo entonces alcalde de la ciudad, Joan Miquel Nadal, colocó la primera piedra del futuro nuevo barrio de Levante, bautizado como Vall de l'Arrabassada. Unos meses antes, el 20 de abril, se había aprobado el proyecto de reparcelación.
I 4 años antes, en 1989, se dio luz verde al proyecto de urbanización. Si se coge como referencia esta fecha, el proyecto inmobiliario del Vall de l'Arrabassada llegó el pasado mes de diciembre a los 35 años de vida.
Han pasado más de tres décadas entre el visto bueno de la urbanización y la venta del último piso, un hecho que demuestra los tempos del urbanismo. «La ciudad necesitaba crecer y nosotros construimos al ritmo que era conveniente», subrayan los promotores, que destacan que el barrio cuenta con un Plan de Usos «para que al vecindario no le falte ningún servicio».
Imagen de la playa de la Arrabassada el año 1992 y, en el fondo, la Vall, todavía por construir
1.550 viviendas
La oficina de Promociones José Luis en la Vall de l'Arrabassada ya ha cerrado. Desde aquí se ha tramitado la venta de las 1.550 viviendas que han dado forma en el barrio, construido por fases desde el barrio de los Músicos, aprobado anteriormente, hasta el antiguo trazado de la autovía A-7.
Los promotores defienden que el barrio estaba pensado desde los inicios y que se ha acabado ejecutando todo aquello que se ideó durante los años ochenta. «Previmos que la ciudad necesitaría un nuevo centro sanitario u hospitalario, una nueva escuela, así como zonas verdes y equipamientos diversos», sacan pecho los promotores.
En total, en la Vall de l'Arrabassada se planificaron casi 100.000 metros cuadrados de zonas verdes y unos 33.000 para equipamientos. El último a llegar ha sido la residencia, cerrada hasta que resuelva los problemas de recogida de aguas pluviales.
La escuela, prevista inicialmente en otro terreno, ha sido uno de los equipamientos más polémicos, dado que la construcción del edificio por parte de la Generalitat se retrasó más del previsto y durante años la comunidad educativa tuvo que dar clases en barracones.
Ahora, en la Vall sólo hay dos fincas municipales a la calle Joan Fuster donde se pueden construir viviendas y donde el consistorio ha planificado pisos de protección oficial. En el otro extremo, se espera la construcción del nuevo barrio del Nàstic, en proceso de aprobación.