Jóvenes científicos y laberintos de aprendizaje

Los estudiantes del Campus Sescelades de la URV todavía no han vuelto a las aulas, pero la universidad no ha dejado de acoger jóvenes científicos. Desde el 13 de enero y hasta mañana, por los laboratorios de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Química habrán pasado cerca de 400 alumnos de 4t de ESO de varios institutos tarraconenses para formar parte del Teens’ Lab de BASF.

Ayer fue el turno de los del Instituto Fontanelles de les Borges del Camp, que tuvieron la oportunidad de adentrarse en El laberinto de las sustancias. No, las probetas no fueron sustituidas por muros misteriosos y caminos enrevesados, sino que fueron llenadas de quince sustancias misteriosas que los adolescentes tuvieron que averiguar mediante experimentos físicos y químicos.

Lo hicieron determinando propiedades como su pH, densidad, o capacidad de fermentación entre otros. «Son prácticas sencillas, adaptadas al nivel de los estudiantes y vinculadas al currículum que se imparte en clase», explica Carles Lozano, coordinador de URV Divulga, proyecto colaborador del programa. «Con este taller los alumnos pueden complementar el trabajo hecho en la escuela, pero también tiene una capacidad inspiradora, ya que les puede ayudar a orientarse de cara al futuro», añade.

Paula Priego, estudiante del INS Fontanelles, está de acuerdo. «En el instituto tenemos un laboratorio, pero no tiene nada que ver. Está siendo una experiencia muy guay y creo que puede ayudar a los compañeros que todavía no saben qué quieren hacer de aquí un par de años», apunta la alumna, aunque ella tiene muy claro que quiere estudiar medicina. Su compañero, Quim Espinares, opina lo mismo. «Ha sido muy interesante, porque hemos podido salir de la rutina y cambiar nuestro método de trabajo», afirma.

La iniciativa arrancó en Tarragona en el año 2014, celebrando este año su undécima edición. Desde entonces ha acogido a más de 2.600 estudiantes. Este año el programa ha contado con la participación de alumnos de centros de Reus, La Canonja, La Selva del Camp, Les Borges del Camp, Salou, Constantí, Campclar y Bonavista, que después de realizar los talleres han visitado el centro de producción de BASF en la Canonja.