Las conversaciones sobre el POUM de Tarragona entre los grupos y el gobierno, paradas desde abril

Les conversas entre el equipo de gobierno y los partidos de la oposición para pactar el futuro Plano de Ordenación Urbanística Municipal de Tarragona están paradas desde el pasado mes de abril. Fue entonces cuando el ejecutivo socialista presentó el avance del POUM: primero, en los grupos municipales, en un encuentro con el alcalde y el conseller de Territori, Nacho García; y, horas más tarde, a los medios de comunicación.

La previsión del equipo de gobierno era llevar el proyecto a consejo plenario para conseguir la aprobación inicial el primer semestre de este año, pero no se descarta que eso pueda trasladarse al segundo semestre. 

Desde abril no ha habido reuniones formales y, por lo tanto, no se han negociado aspectos clave del POUM como Mas d'en Sorder, el Vall del Llorito, la Budellera o el nuevo barrio tecnológico. «El retraso se debe a la necesidad de tener documentos trabajados para poder discutir con los grupos», asegura el conseller a Nacho García.

El mismo añade que «se mantiene la previsión de aprobarlo este semestre», pero que si lo tenemos que retrasar, lo haremos. «No queremos cometer errores que nos lleven otra vez a situaciones como las que estamos viviendo ahora con normas», manifiesta el edil, quiénes adelanta que se reunirán con los grupos políticos «antes de mediados de febrero».

«No nos informan de nada»

La frase más repetida por los grupos municipales es esta. También reclaman celeridad y seriedad con el fin de afrontar una planificación urbanística que definen como «crucial» para la ciudad.

Hay que recordar que, desde el 2020, la ciudad no cuenta con un POUM en vigor y, desde entonces, se ha acogido a las Normas Urbanísticas Subsidiarias, las cuales se prorrogaron el año pasado para tres años más. Les demandas de explicaciones y negociaciones sobre el POUM llegan desde todas las formaciones.

La última conversación fue hace más de nueve meses. Nos tenían que convocar en diciembre y se acaba en enero y todavía no sabemos nada. Nos preocupa la falta de diálogo y la dilación de los tempos, porque corremos el riesgo de repetir los errores del POUM del 2013», lamentan desde de ERC.

Los republicanos aseguran que «tenemos toda la voluntad de aprobar el POUM siempre que se respete el avance del proyecto» —que presentaron ellos—, pero recalcan que hay que apostar por la cohesión y la sostenibilidad. Desde el PP, la portavoz, Maria Mercè Martorell, manifiesta que «la ciudad necesita un nuevo POUM con urgencia». 

Los populares tienen claro que hay que crecer hacia Llevant, porque Ponent necesita más equipamientos y espacios verdes, y quieren «evitar el crecimiento en zonas inundables». Por su parte, Junts tiene claras las líneas rojas. «Se tiene que hacer el Vall del Llorito, el barrio del Nàstic, Mas d'en Sorder y la Budellera, aunque sea en unos terrenos más reducidos, expresan.

Las dudas surgen, sin embargo, con el futuro barrio tecnológico: «El gobierno nos tiene que explicar cómo será el parque de vivienda, tenemos dudas». Un hecho parecido se encuentra con la futura estación de la Horta Gran, sobre la cual piden más información. Junts subraya que «la cuota de vivienda social se tiene que estudiar —ahora llega hasta un 50% en algunos sectores— porque tiene que ser viable construir».

Finalmente, desde En Comú Podem, el único grupo que ha tratado el POUM con el gobierno de manera informal y «por voluntad propia», defienden que «nos preocupa mucho Mas d'en Sorder, nos quejamos de tener una ciudad dispersa e insistimos con cosas como esta».

Por otra parte, el portavoz, Jordi Collado, cuestiona el «desarrollo» del Horta Gran y la «pseudotransformación» del Polígono Francolí. El edil apunta que el Valle del Llorito «puede tener sentido» y ve la Budellera como un espacio dónde trabajar actividad económica agroforestal.

Por otra parte, la Cátedra Unesco d'Habitatge de la URV asegura que el Ayuntamiento «nunca se ha puesto en contacto con nosotros para elaborar el nuevo POUM», aunque son los autores de un documento de relevancia como el Plan de Vivienda de Tarragona.

Además, la presidenta de la Cámara de Tarragona, Laura Roigé, señalaba el pasado octubre, en un artículo, que «limitar el crecimiento por Levante supondría una pérdida competitiva que la ciudad no puede permitirse». Igualmente, remarcaba que hace falta «una apuesta decidida por políticas de viviendas sociales, tanto públicas como privadas.»

Inquietud por el plan Budellera

Un de los planes urbanísticos más polémicos de los últimos años es el de la Budellera. El nuevo POUM prevé la construcción en esta zona de Llevant, pero con una reducción considerable de las pretensiones.

El nuevo Plan de Ordenación Urbanística «preocupa» los representantes de los propietarios de la Budellera, que se preguntan: «¿Alguien sabe cómo será el POUM de Tarragona? Es enero de 2025 y no sabemos nada. Es un instrumento importantísimo de planificación».

Por otra parte, cuestionan la viabilidad económica de la nueva Budellera, mucho más pequeña que la proyectada años antes. «Los planes urbanísticos tienen que ser viables económicamente para los constructores. Si reducimos los terrenos, no querrá construir nadie porque los costes serán muy altos y no se podrán repercutir», aseguran.