Diari Més

Limpieza

Denuncian el estado del monumento de Lluís Companys en Tarragona

La estatua, cubierta de excrementos, ha sido limpiada después de que imágenes de esta fueran publicadas en ‘X’

La estatua de Lluís Companys, cubierta de excrementos de pájaros.David Folch

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Tarragona

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Ayer la limpieza, o mejor dicho la falta de esta, en la ciudad de Tarragona volvió a ser objeto de debate en las redes sociales. Concretamente, las quejas se centraban en «el deplorable estado» en el que se encontraba el monumento de Lluís Companys, situado en la rambla homónima del municipio.

El tuit, publicado por David Folch en ‘X’, mostraba una imagen de la estatua cubierta de excrementos de paloma, afirmando que esta era una situación que ya hacía «semanas, por no decir meses», que se vivía. «Negligencia máxima y vergüenza mínima», publicaba el usuario en la plataforma. En cambio, desde el consistorio aseguran que limpian la escultura de manera regular.

Una problemática recurrente

La publicación ganó rápidamente la atención de otros usuarios, y también la del Ayuntamiento, ya que horas después el monumento fue limpiado. «Es una zona donde las palomas y los estorninos ‘dan mucha faena’, y el olor de excremento es terrible», explica Folch a Diari Més. «Vivo cerca del monumento, entonces paso a menudo por su lado. Esta situación había sido la misma al menos desde las fiestas», asegura.

Esta no es la primera vez que las calles de la ciudad son fotografiadas y publicadas en redes sociales con el objetivo de denunciar su estado. Este mismo mes de enero, varios usuarios de 'X’ compartieron imágenes de los bancos de varios puntos de la rambla que también se encontraban cubiertos de excrementos de aves, un problema habitual en la zona, agravado por la presencia masiva de aves.

Tan comunes son las quejas sobre la acumulación de suciedad en la vía pública que incluso ha motivado recogida de firmas y ha protagonizado un proyecto fotográfico (Visit Tarragona, where history meets garbage), que denunciaba el estado de la ciudad, en contraste con su posición como destino turístico. «Es indignante, la ciudad merece una solución», concluye Folch.

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