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El Instituto Sant Pere i Sant Pau acoge la fase local de la Copa Cangur

Se trata de un concurso de resolución de problemas matemáticos organizado por la Sociedad Catalana de Matemáticas

Los alumnos compitieron en grupos de siete personas en dos categorías, cadete y júnior.Gerard Martí

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Tarragona

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El gimnasio del Instituto Sant Pere i Sant Pau se llena de expectación. Mochilas apiladas en un lado, profesores observando desde la distancia y, en el centro de todo, cerca de un centenar de alumnos preparados para poner a prueba su ingenio matemático.

Un año más, el centro acoge la fase local de la Copa Cangur, un concurso de resolución de problemas matemáticos organizado por la Sociedad Catalana de Matemáticas. En el escenario, dos copas esperan a los ganadores. Una será entregada al mejor grupo cadete, mientras que la otra la recibirán los vencedores de la prueba júnior, la cual está a punto de empezar. Ambos equipos se clasificarán para la final nacional.

Sobre la tarima, Marc Nadal, el profesor de matemáticas del centro anfitrión, repasa las reglas de la competición: cada equipo, formado por siete participantes, recibirá una docena de problemas que tendrá que resolver lo antes posible. La puntuación, sin embargo, no es fija, sino que los primeros en acertar una respuesta obtendrán puntos extra, mientras que los errores comportarán penalizaciones.

Además, los enunciados más difíciles —aquellos que tardan más en ser resueltos— irán aumentando de valor. «¡Tres, dos, uno!». Una vez dada la señal de inicio, el gimnasio se llena de cuchicheos tanto de alumnos como de profesores, que observan atentamente desde el fondo de la sala sin poder intervenir.

«Es una experiencia muy emocionante, ver a tantos niños haciendo matemáticas sin tener que insistir», bromea Francesc Gasol, profesor de la asignatura en el Instituto Martí i Franquès de Tarragona. «En las aulas de secundaria a menudo es difícil hacer clase, pero aquí los alumnos pueden disfrutar de las matemáticas sin que ningún compañero les moleste, y creo que eso a ellos les motiva más que cualquier premio», confiesa Gasol.

No obstante, la competición siempre es un buen aliciente. «El hecho de presentar las matemáticas como un juego que, además, se juega en equipo le da un punto más estimulante», apunta Nadal. Así y todo, para muchos, ganar no es lo más importante. «Yo ya les he dicho que estoy muy orgulloso de ellos. Viendo todo el esfuerzo ya me doy por satisfecho», asegura el docente.

Apasionados por las ‘mates’

Mientras los ‘grandes’ se enfrentan a su prueba, los cadetes aprovechan el tiempo libre para observar a sus compañeros, explorar el centro, o desayunar en la cafetería. «Este año ha sido un poco más complicado que el anterior. Dudo de que ganemos, pero creo que lo hemos hecho bastante bien», explica Natàlia Roledano, estudiante de 2.º de ESO del Colegio Sant Pau Apòstol.

Su compañera, Maria Maña, está de acuerdo. Ambas repiten la experiencia. «Nos lo pasamos muy bien, porque nos gustan mucho las mates y el trabajo en equipo», afirma Maña. Eric Moreno y Àlex Jiménez, que cursan 1.º de ESO en el Instituto Martí i Franquès, participan por primera vez. «Me ha gustado mucho, pero me he puesto un poco nervioso al final», confiesa Moreno.

«Nosotros hacíamos los ejercicios más fáciles y nuestros compañeros de 2.º los más complicados», explica Moreno. El tiempo se agota y los ganadores son revelados. A pesar de sus dudas, Natàlia y Maria, junto con su grupo, repetirán la experiencia de nuevo, esta vez en la final.

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