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Urbanismo

La terraza del Palacio de Congresos se dignificará con más iluminación y una zona verde

La primera fase dará solución a las filtraciones de agua y otros problemas estructurales

El espacio no dispone de ningún tipo de mobiliario, más allá de dos papeleras, una pérgola y la entrada al parking de La Pedrera.Gerard Martí

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Tarragona

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El Ayuntamiento de Tarragona dignificará la terraza ubicada sobre el Palacio de Congresos. Actualmente, el espacio no dispone de ningún tipo de mobiliario, más allá de un par de papeleras, la entrada al parking de La Pedrera y la estructura de la pérgola instalada por el restaurante El Terrat, actualmente en desuso. Con el fin de revertir esta situación, el consistorio ha redactado un proyecto básico que ya está finalizado.

Este, que define las líneas principales de la reforma, se elaboró con una inversión de 150.000 euros, incluida en los presupuestos aprobados en noviembre de 2023. El siguiente paso será sacar a concurso la licitación del proyecto ejecutivo, que concretará los detalles de la obra, así como el calendario de ejecución y su presupuesto.

Un proyecto en dos fases

La reforma se llevará a cabo en dos fases: la primera resolverá los problemas estructurales del espacio, mientras que la segunda se centrará en la instalación de mobiliario y la reorganización del entorno. Concretamente, la primera etapa prevé la sustitución integral del sistema constructivo de las dos cubiertas con el fin de renovar la impermeabilización y mejorar la estanquidad, la evacuación de las pluviales y el aislamiento general de las cubiertas.

Con eso, se pondrá fin a las filtraciones que afectan tanto al Palacio de Congresos como al antiguo Hotel d'Entitats. También se reforzará puntualmente la estructura y se renovará la pavimentación general del espacio público. Con respecto a la accesibilidad, las actuaciones modificarán la cota final de la plaza, que quedará dividida en dos niveles.

Esto obligará a adaptar el espacio a la normativa vigente, con dos rampas en los extremos y una escalera en la parte central. Además, se prevé adecuar el espacio con algunos elementos de mobiliario urbano y un sistema básico de iluminación, que se completará en la segunda fase con luces ornamentales.

Un espacio para los vecinos

La segunda fase también incluye la incorporación de jardineras, espacios de vegetación, una nueva pérgola y elementos de juego infantil. «El objetivo principal del proyecto es que la plaza se convierta en una nueva zona verde de la ciudad y un espacio que puedan disfrutar los vecinos», explica Nacho García, consejero de Urbanismo de Tarragona.

De esta manera, reconoce que la falta de iluminación actual convierte la plaza en «un espacio negro» que puede generar inseguridad, hecho que se remediará con el nuevo alumbrado. Con respecto a la vegetación, el consejero reconoce que será una cuestión «complicada», ya que se tendrá que evitar el riego frecuente con el fin de no perjudicar la estructura.

Así pues, la reforma responderá a las demandas históricas de los residentes de la zona, que desde hace años reclaman encontrarle un uso a la plaza y denuncian su inseguridad. «Es un espacio enorme que ha sido completamente abandonado y maltratado», lamenta José Manuel Navarro, vecino de la zona y tesorero de la AFA de la Escuela Pau Delclòs.

Navarro defiende que el espacio se convierta en un parque infantil, un hecho que, asegura, agradecerían tanto los padres del centro como las familias del barrio. «No tenemos ningún otro parque en la zona, los niños tienen que jugar en la plaza dels Carros o en la Verdaguer», explica. La terraza, de momento, queda descartada.

«Yo no me acerco con mis hijos, no es un espacio seguro. La barandilla está oxidada y es muy baja, tengo miedo de que se caigan», advierte. Además, destaca que mientras de día la plaza está desierta, por la noche se convierte en un punto de encuentro para botellones. «Es habitual encontrar restos de botellas por la mañana o incluso sacos de dormir», explica.

Un espacio con más de dos décadas de historia y un pasado trágico

La terraza, que se accede desde la calle Pons d'Icart, aparece en el año 1999, con la construcción del Palacio Ferial y de Congresos de Tarragona. Aunque ahora lo más habitual es encontrar el espacio prácticamente vacío, años atrás era frecuente ver a los alumnos de Pau Delclòs jugando antes de entrar o después de salir de clase. 

No obstante, esta práctica tuvo un final trágico el 6 de febrero en el año 2009, cuando un alumno de 10 años, cayó desde 14 metros de altura mientras jugaba con sus compañeros. El niño cruzó una valla para acceder a una red antipalomas que no pudo soportar su peso y cedió. 

Lamentablemente, murió en el Hospital Joan XXIII después de cinco días en coma. A consecuencia del accidente, el Ayuntamiento fue condenado a indemnizar a la familia con 20.000 euros después de que el juez atribuyera un 30% de la culpa del siniestro al consistorio que, consideraba, «no hizo todo lo posible para evitar una situación de riesgo».
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