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Movilidad

El gobierno mantendrá los coches fuera de la Rambla Nova a pesar de las más de 200 firmas de los vecinos

Se instalarán pilonas retractables en las calles Adrià, Armanyà y Girona

El tránsito rodado en la parte superior de la Rambla Nova se cortó antes de Navidad.Gerard Martí

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Tarragona

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El Ayuntamiento de Tarragona saldrá adelante con la pacificación del primer tramo de la Rambla Nova a pesar de las quejas vecinales, que se oponen a la conversión de la coca de la calle en zona de peatones, motivo por la cual presentaron más de 200 firmas contra la pacificación en la OMAC.

Se instalarán tres pilonas retractables para evitar la entrada de vehículos no autorizados y facilitar la salida de algunos garajes y se descarta «totalmente» que las terrazas puedan crecer. A pesar de todo, no se revertirá la prueba piloto ni se restablecerá el tráfico hasta que arranquen las obras del proyecto, una de las principales peticiones que los residentes manifestaban en su último escrito al Ayuntamiento.

Así lo supieron los vecinos de la zona este miércoles durante la reunión que, finalmente, mantuvieron con el alcalde de la ciudad Rubén Viñuales. Un encuentro que la comunidad reivindicaba desde que se enteraron de que la prueba piloto se extendería más allá de las fiestas navideñas.

En esta reunión, donde también participaron la consejera de comercio Montse Adán y la consejera de movilidad Sonia Orts, se atendieron las cuestiones planteadas por el grupo de representantes de los vecinos, y se les informó de las líneas de actuación municipal.

Adán asegura que la reunión fue «muy constructiva» y que son «conscientes» de que «no hay un consenso total» con respecto a la pacificación. La consejera de Comercio y Turismo cree que «hay que cuidar de forma especial» esta zona porque «queremos que el paseo de las Palmeras sea un punto de conexión del Patrimonio de Tarragona con el tejido comercial y social del centro».

Pilonas retractables

Entre las actuaciones previstas destaca la instalación de tres pilonas retractables, según informó el Ayuntamiento a los vecinos. Una de estas se ubicará a la altura de la calle Adrià, y sólo permitirá el acceso de los servicios de emergencia.

La segunda, se encontrará en la calle Armanyà, en el cruce con la calle Adrià, y se destinará al acceso y la salida de los garajes de las calles Armanyà y Llúria. Finalmente, la tercera se instalará en la calle Girona, en el cruce con la Rambla Vella, y sólo permitirá la entrada a vehículos autorizados.

Esta decisión no ha satisfecho a los vecinos, que denuncian que durante la reunión «han podido constatar que el Ayuntamiento no tiene ningún proyecto más ni justificación que su programa electoral, sin haber captado las necesidades de los vecinos afectados, la conveniencia o no del cambio, o los problemas que estos podrían generar».

Las terrazas no crecerán

Así y todo, los residentes celebran «el compromiso del alcalde, que ha afirmado que no se ampliará ni un centímetro el actual espacio ocupado por las terrazas», una de sus grandes preocupaciones. «Las terrazas ocuparán el mismo espacio que ocupan ahora, pero redistribuyéndolas. Por lo tanto, tienen que estar tranquilos», recalca la consejera Adán.

El objetivo del consistorio es elaborar un concurso de proyectos y Adán subraya que «por eso es tan importante tener en cuenta todas las partes implicadas». En este sentido, se ha constituido una mesa de seguimiento con el vecindario y la Associació de Veïns Tarragona Centre.

Por otra parte, los vecinos destacan la posibilidad de que el proyecto incluya la circulación de vehículos de los vecinos por los tramos afectados «si así fuera recomendado en el concurso de ideas». Al fin y al cabo, aseguran que aunque «la decisión del Ayuntamiento parece bastante firme, la de la oposición al proyecto también lo es. «Habrá que esperar a reunirnos con el resto de compañeros para tratar de encajar las ideas y necesidades», acaban diciendo los vecinos.

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