Diari Més

Entrevista

Glòria Sabaté: «Necesitamos géneros como el ‘negro’, que apuesten por la lengua catalana»

Este jueves a las 19 h la escritora presentará ‘Mort al Palau’ en la librería Adserà de Tarragona

Glòria Sabaté es doctora en Filología y profesora en la UB.Cedida

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Has escrito una novela de crímenes y detectives clásica, con todos los elementos del género.

«Sí, de hecho es un homenaje a la novela detectivesca de finales del XIX y principios del XX, que es la novela enigma. Y, sobre todo, también quería hacer un homenaje al momento en el que Barcelona descubre a Sherlock Holmes y queda enamorada del detective».

Se vive una especie de fervor detectivesco.

«El público descubre Sherlock Holmes a partir de las representaciones teatrales, sobre todo en el Teatro Principal, en la Rambla. A raíz del éxito de estas funciones, un editor piensa que puede ser beneficioso acercar al pueblo las traducciones al catalán de las obras de Conan Doyle. Lo que me fascinó es que estas traducciones eran populares. En el Ateneu o en las Bones Lletres ya se estaba traduciendo literatura europea, pero era para el consumo de los literatos y la burguesía. En cambio, estos textos, publicados semanalmente en Literatura Sensacional, son para el consumo del pueblo y, por lo tanto, para su divertimiento. Por eso quiero que la novela sea un homenaje al poder de seducción de la literatura y reivindicar que también es una herramienta por culturizar y con la que, además, te lo puedes pasar muy bien».

A partir de aquí, escoges a una protagonista, Robina, que es una chica de origen escocés con dotes detectivescas enamorada del personaje de Doyle.

«A Robina le quiero mucho. En este punto, hay un cierto homenaje al Quijote porque ella, aunque no pierde el sentido por las novelas de Holmes, sí que intenta emular a su héroe. Lo que pasa es que, aunque es una chica muy sensata, le pueden la pasión y los sentimientos. Al personaje lo creé partiendo de una comunidad de familias del Poblenou que son mezcla de escoceses y catalanes, y que tiene su origen en el siglo XIX, cuando una serie de ingenieros escoceses vinieron a trabajar a las fábricas del barrio».

Otro elemento clave de tu novela es el escenario. En el Palau Güell de Barcelona has encontrado una atmósfera perfecta para el asesinato.

«El Palau es el gran protagonista de la historia. Cuando decidí que haría una novela de tipo enigma, vi claro que me hacían falta una habitación cerrada y una historia de personajes coral. Pensé en inventarme un espacio, pero no veía la historia en un piso cerrado. Tenía que ser un lugar cercano a la Rambla y al Principal, en aquel barrio de la farándula que toca al Paral·lel, el de la morbosidad del pretendido discurso científico que enseña malformaciones... De sopetón, paso por Nou de la Rambla, y veo el Palau. Al entrar, vi claro que ya lo tenía. La familia Güell fue la única que no se trasladó al Passeig de Gracia, porque querían mantener los vínculos con la casa familiar, que daba a la Rambla. Por eso construyeron el edificio, pero aislado del barrio. Y este aislamiento me iba perfecto. Además, tiene una estructura interna, con pasillos secretos por donde se movía el servicio, que fue como un regalo».

Estos días has participado en el Festival de Novela Negra BCN. Tengo la sensación de que el género vive un momento dulce.

«El género ya llama la atención del público catalán en los años 50 y 60, pero sí que es verdad que ahora se intuye un cambio. El género negro siempre se ha asociado a la poca calidad, a una lectura de distracción. De hecho, no es casual que, por ejemplo, en la asignatura de literatura en la universidad, no hagamos Conan Doyle, ni Wilkie Collins ni Agatha Christie... Pasa un poco como con el gótico: tampoco hablamos de Frankenstein. Tradicionalmente, el negro se consideraba un género de poca aspiración literaria, en el sentido de lengua culta y trabajada. Pero ahora siento que todo eso está cambiando. En la BCN Negra participé en una mesa redonda en La Paloma, un martes a las seis de la tarde, y estaba lleno. Ya me gustaría a mí que todos los géneros tuvieran un público tan fiel y tan grande. Y sí que siento que estamos en un momento dulce, coincidiendo también con el hecho de que se está reivindicando, con ensayos como los de Irene Solanich o Anna Maria Vilallonga, que analizan las especificidades del género en catalán. Necesitamos géneros que apuesten por la lengua».

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