Entrevista
Marta Orriols: «Nos tenemos que acordar de que no pasa nada, de que también podemos ser felices»
Orriols, una de las autoras catalanas con más libros vendidos y traducidos, presenta 'A l'altra banda de la por'

Marta Orriols la semana pasada en Tarragona.
Has escrito una historia pequeña sobre una mujer, Joana, que trabaja como jefa de Restauración en el MNAC. ¿La idea surgió del personaje, de la restauración o del museo?
«Todo viene de un día de julio que salía del MNAC (voy a menudo), y a fuera hacía mucho calor. En el museo, todos los parámetros climáticos son perfectos, y hay aquella serenidad, como en una cápsula del tiempo. Aquel día, además, había un pequeño incendio en Montjuïc con humo, helicópteros... Últimamente, me pasa que en verano tengo la sensación de que el mundo se acaba, que todo quema: California, Grecia, Cataluña... Todo me hizo pensar en este contraste entre el museo, donde se conservan obras antiguas que nos sobrevivirán, y un futuro que parece que se nos va de las manos. Y pensé: No tengo ni idea de sobre qué escribiré, pero necesito empezar a escribir a partir de aquí».
Y escribiste sobre Joana, una mujer de mediana edad que lo tiene todo bastante alineado. Y, sin embargo, de telón de fondo siempre está aquel miedo...
«Sí, pienso que es un rasgo característico del mundo occidental. Joana tiene un buen trabajo, unos hijos que no le causan problemas, una buena relación con el exmarido, amigos... Y, sin embargo, siente este vacío. Le falta aceptar este presente y disfrutarlo. Nos tenemos que acordar de que no pasa nada, de que también podemos ser felices».
Es lo que en algún momento se dice en la novela: nos acaba definiendo aquello que no tenemos.
«Sí, pensamos mucho más en lo que hemos perdido. Y tenemos la costumbre de ir proyectando, de querer alcanzar cosas nuevas. Y está bien, es una manera de salir adelante, pero, a veces, eso hace que nos olvidemos de lo que tenemos. Y no es que nos tengamos que conformar, pero podemos disfrutar».
El hecho de que Joana sea restauradora de arte, un trabajo que implica sacar capas, conservar aquello que es precioso y buscar la base de la obra, tampoco debe ser casual.
«La restauración implica aplicar unos cuidados. Mientras me documentaba, me fijaba en los gestos que hacen los restauradores cuando tratan las obras, y son absolutamente delicados. Me recordaban los cuidados que se hacen cuando, por ejemplo, un niño se cae y se ha pelado la rodilla. Joana está muy sola y, aunque ella sigue cuidando de los suyos, no hay nadie que la cuide a ella. Hay una conversación con una amiga, la química del museo, en la que Joana le explica una cosa de su vida, y la amiga le aconseja que haga lo mismo que con la restauración: Haz brillar lo que tienes, no lo que ya has perdido o no has podido conseguir. De nuevo, es lo que decíamos antes».
Joana vive una pequeña historia de amor con un hombre que es músico. Leyéndote, pensaba que el amor culto es muy bonito.
«Cuando hay una intelectualidad, una conversación donde te puedes coger de unos puntos que, seguramente, no los expondrías públicamente de una manera social, porque forman parte de tu intimidad, es muy bonito. Las percepciones artísticas pueden ser muy personales, y cuando las expresas con palabras puedes parecer pedante, o que no sea exactamente lo que tú querías decir. Pero cuando conectas con alguien que tiene esta sensibilidad por la belleza, por la música, surge una conversación que puede encender una llama, una conexión, que sólo funciona para estas dos personas. También tenía muchas ganas de hablar de eso, de la belleza, que también es una cosa muy íntima y se habla poco».
El narrador, de manera muy puntual, habla directamente al lector. ¿Por qué?
«No lo había hecho nunca, pero con Joana me pasó una cosa nueva: la quise mucho, enseguida, y sentía que la dominaba mucho. En otras novelas, los personajes han ido haciendo sobre la marcha, son ellos los que me han ido llevando. Pero Joana la puse muy dentro de mi vida, pensé que podría ser yo, y eso me permitió hacer este tipo de extracción y decirle al lector: Joana es mía. A la vez, también, he querido hacer un agradecimiento al público que me ha acompañado todos estos años. Este es mi quinto libro y pensé que esta sería una buena manera de acompañarles, de decirles Estoy aquí, con vosotros».